Uno de los aspectos positivos de esta “alianza” con tu perro es que la actividad debe ser al aire libre. Lo bueno es que vas a evitar así, el encierro del gimnasio y la espera para usar una u otra máquina para hacer ejercicios.
En cuanto a tu mascota, si logran transformar esta rutina en un hábito, vas a lograr que sea más obediente, más sociable y lo mejor de todo: que duerma toda la noche sin ladrar por cualquier motivo.
Algunos ejercicios que pueden hacer juntos:
Lanzamiento:
Es el ejercicio más divertido para ambos y consiste en lanzar una pelota o un disco. Tu perro te va a sorprender con su destreza y vos podés trabajar los músculos que participan en la acción de empuje, como hombros, pectorales y tríceps. También se puede agregar complejidad con sentadillas.
Correr:
Pueden empezar por caminar una media hora, hasta completar los 60 minutos. El perro es el compañero ideal, no te interrumpe con conversaciones y se adapta a tu ritmo. Lo aconsejable a favor de tu mascota es que no lo hagas bajo el sol para evitarle un golpe de calor. También hay que elegir una correa adecuada, que les resulte cómoda a ambos. Con respecto a la hidratación, lo mejor es esperar a que se calme un poco.
Natación:
Si es posible compartir esta actividad, es muy recomendada. A ambos les protegerá las articulaciones porque es de bajo impacto. También se pueden organizar juegos. Es clave que antes le hagas una desparasitación interna y externa.
Bicicleta:
También es una idea muy aconsejada pero primero dejalo que se familiarice con tu bicicleta, dejando que la olfatee. Empiecen por distancias cortas y llevalo siempre del lado derecho. Hay correas específicas para esta actividad.
Otras consideraciones a tener en cuenta:
Ponele a tu mascota una chapita con identificación
Disponé siempre de agua
Revisá las patas de tu perro al finalizar la rutina
En ningún caso es bueno forzar al animal, sino más bien hay que ir aclimatándolo a cada actividad
Fuente: TN