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Murió Alcón, el perro que investigó y resolvió más de veinte crímenes

El can que falleció a los 6 años permitió el esclarecimiento de múltiples casos.

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03-10-2019 19:03

Tenía seis años y una carrera prometedora como investigador criminal. Fue quien dio con el rastro principal del crimen de "Marito" Salto, asesinado en Santiago del Estero hace tres años, en un ritual satánico. También participó en la búsqueda de Santiago Maldonado. En estos años investigó y resolvió más de 20 crímenes: fue quien encontró a Araceli Fulles, 25 días después de que la asesinaran y la ocultaran en bajo una construcción en la casa del principal acusado del homicidio. Y quien halló a Micaela Ortega, una niña de 12 años víctima de grooming y quien aportó las principales pruebas que permitieron condenar al asesino.

Se llamaba Alcón y era un ovejero sable, nacido en Alemania, que trabajó durante cuatro años con Marcos Herrero, adiestrador de la policía de Río Negro, asesor de la Brigada K-9 de los bomberos de Punta Alta. Murió el sábado último, pese a los intentos que hicieron los veterinarios y cuidadores por salvarlo.

"Estamos todos muy tristes. Alcón fue un gran compañero y un investigador incansable", detalló Herrero a La Nación. Desde hace más de 20 años, el hombre viene trabajando el aporte canino en la investigación criminal y en los últimos siete años se especializó en odorología forense: una técnica que permite ubicar el rastro de personas, y sus recorridos, a partir de la huella de olor que dejan.

Se trabaja a partir de una prenda de la persona que se está buscando. Se la aísla, se la envuelve en aluminio y se la somete a calor para que desprenda el cóctel bacteriológico que es un rastro único de cada persona. Eso es lo que huelen los perros adiestrados y comienzan a buscar hasta dar con una pista.

Esta técnica, que si bien no está certificada aún en el país, es una herramienta de la que se valen con mucha frecuencia los investigadores judiciales. Y que ha dado buenos resultados en el hallazgo de pistas clave. "Porque a los perros no se los puede engañar", explicó Herrero. Otra característica es que la huella odorífica perdura a lo largo del tiempo. "Hemos hallado los restos de personas desaparecidas hasta seis años atrás. Esto, porque ese cóctel bacteriológico de la huella odorífica se impregna en otros seres vivos como plantas y materiales orgánicos y puede permanecer allí de forma indefinida", detalló.

Fuente: La Nación.

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