Boxy, una perrita del Hogar San Roque, murió anoche a causa de la pirotecnia. Los estruendos afectaron a su corazón y no resistió más cuando con cohetes algunos vecinos recibían la Navidad.
Gabriela Baduzzi, referente del hogar, expresó en redes sociales su dolor por la perdida de Boxy, y a la vez afirmó que fue el resultado de "la falta de empatía, la falta de respeto al más débil".
La proteccionista manifestó que la mascota tenía 16 años, y que intentaron que no esté expuesta a los cohetes. La resguardaron en un cuarto con la televisión encendida, incluso le pusieron algodón en los oídos, pero no fue suficiente.
El refugio de animales cobija a unos 300 perros, muchos de ellos enfermos o "viejitos", que son fuertemente perjudicados por los elementos pirotécnicos.
En la provincia se realizaron diversas movilizaciones para concientizar sobre los perjuicios que genera la pirotecnia, que afecta tanto a mascotas como a personas con autismo, Síndrome de Down, veteranos de guerra, ancianos y recién nacidos.