No poder ir a la escuela por la pandemia del coronavirus para Gualterio no fue un impedimento para estudiar. Como tampoco no tener internet en su casa.
Lejos de dejar la escuela, resolvió el problema y durante todo el año se subió a un molino donde tenía señal para poder recibir y mandar la tarea a través de su celular.
Uno de sus profesores compartió la historia del nene de 13 años en sus redes sociales, y desde hace unos meses su vida cambió por completo: una empresa proveedora de Internet se puso en contacto con la familia, y le instaló la antena que necesitaba Gualterio para poder seguir estudiando en la Escuela Agrotécnica N° 2 Justo José de Urquiza, de Entre Ríos.
El adolescente vive con sus padres, un peón rural y una ama de casa, en un hogar “perdido” en el medio del campo. Para acceder hay que desviarse en un punto específico de la Ruta 18, tomar un camino de ripio y allí continuar por unos 15 km.
El pequeño también es payador y que durante el aislamiento colaboró con sus letras para diversos actos escolares que se realizaron de manera virtual.
