Según sus declaraciones, Ana habría decidido quitarse la vida, pero los testimonios de familiares de la joven y de otras personas allegadas, desmintieron esas versiones y dieron fuerza a la hipótesis de que habría sido empujada al vacío.
La investigación quedó a cargo de la fiscal María del Carmen Reuter y la causa quedó caratulada como “homicidio en grado de tentativa”.
Guerrero es jujeño, tiene 26 años y desde hacía 6 años mantenía una relación con Ana. En un primer momento relató que la estudiante había decidido quitarse la vida ya que no podía pagar una deuda de la tarjeta de crédito, situación que se veía agravada porque había sido despedida del trabajo.
Sin embargo el testimonio del padre de la joven y de su empleador desmintieron categóricamente la versión del novio.
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El padre de Ana brindó un dato muy importante para el desarrollo de la causa. Explicó que la joven había sido agredida por Guerrero en reiteradas oportunidades.Precisó que en 2016 se produjo un grave incidente de violencia en la pareja, por el que se inició una causa judicial que no avanzó ya que Ana habría desistido, según explicaron fuentes policiales.
Otros testimonios desmintieron las versiones que había vertido Guerrero en su primera declaración. El empleador de Ana desmintió que haya sido despedida e inclusive indicó que la había convocado para trabajar el viernes próximo.
El abogado querellante de la familia Ríos, Juan Musi, desmintió además que Ana haya tenido una importante deuda ya que, según detalló, usaba una extensión de la tarjeta de crédito de sus padres.
Negó además que la joven haya estado atravesando un cuadro depresivo ya que según explicó estaba contenta por estar pronta a terminar su carrera de Veterinaria.
