Claudia Figueroa

Aldana y Diego, dos historias singulares

Columna de opinión de Claudia Figueroa.

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13-07-2020 10:02

A diario, ella camina 30 minutos y se sube a una piedra ubicada (en medio del cerro para tener señal en su celular y descargar las tareas escolares. Él confecciona las cartillas educativas para sus alumnos y les enseña por video llamada. Ella solo quiere estudiar y él solo enseñar, y en busca de alcanzar sus objetivos han sumado un importante valor agregado a su tarea que los han convertido en dos ejemplos dignos de resaltar.

Aunque muchos expertos reconocen que la pandemia que hace temblar la economía mundial (y la de nuestra propia existencia), genera un impacto emocional en las personas, reafirman que este nuevo escenario es también una gran oportunidad de aprendizaje, como en toda catástrofe.

Les presento a Aldana Silvana Castillo: la protagonista de este relato vive en Chiclayoc (Dto. Tumbaya), es escolta del Secundario N°1 de Volcán del que quiere egresar este año. Es sencilla, trabajadora, estudiosa, extrovertida, dice lo piensa y es muy inteligente, ama las matemáticas y a sus 17 años sabe que quiere de la vida: seguir sus estudios universitarios en nuestra ciudad y recibirse pronto de contadora pública. Es uno de los mejores promedios del Secundario de Volcán “Virgen de Punta Corral”, lo que le vale para ser primera escolta de su escuela. A diario caminaba casi una hora para llegar a clases y otro tanto para regresar a casa. Hoy, en esta realidad que nos toca vivir, su única manera de cumplir con la meta que se ha fijado es subir a la piedra de un cerro (a media hora de su casa), donde tiene señal de celular. Después apaga su aparato, para ahorrar baterías hasta la próxima ya que no tiene servicio de corriente continua, sino que se abastecen de energía solar. De regreso a casa ayuda a su mamá, al papá y a su abuelita de 90 años en las tareas domésticas: ordeñar el ganado, hacer quesos, “mismir” y teñir lana, y como “entretenimiento” confecciona “tulmas” multicolores, aunque se declara fanática de hacer quesos. Junto a sus 5 hermanos (4 mujeres y 1 varón), hay mucho tiempo para compartir, pero aun así extraña a sus compañeros de escuela, a sus profesores y a su celadora. Si le pregunto dónde quisiera ir de vacaciones cuándo la cuarentena pase, me responde que quiere seguir conociendo el norte de Jujuy, porque para ella no hay otro lugar más hermoso en el mundo.

El maestro Diego Cruz es el otro protagonista de la historia de hoy, él es docente de la Escuela primaria de Palca de Aparzo, ubicada a 40 km de la ciudad de Humahuaca (por la ruta provincial 73). En épocas de clases “normal”, viajaba desde Maimará para dar clases a sus dos alumnos de cuarto grado y tres de quinto, con quienes hoy se debe conectar a diario para enseñar los contenidos curriculares. Pero como esta tarea no se podía realizar sin ayuda de la tecnología, le sumó un valor agregado: considerando que no todos tienen computadoras para hacer los deberes confeccionó cartillas de trabajos. Así el elemento básico para el aprendizaje es fotocopiado de manera gratuita por una imprenta de Palpalá que lleva el pedido hasta Humahuaca, desde donde viajan rumbo a Palca en la camioneta de un papá de los alumnos. Una vez en mano de los estudiantes, el maestro Diego imparte clases vía video llamada a sus alumnos. Con toda la dinámica implementada, si le pregunto qué más necesitan sus clases, me responde: “el contacto con los chicos, porque de eso también se trata la enseñanza, de compartir experiencias en un espacio, percibir las emociones y descubrir estados de ánimos, de sumar vivencias y vivir tiempo juntos”, pero además puso un valor a otro personaje que ha sumado mucho a su tarea de docente, a los “papás y mamás” de sus alumnos.

En ambos casos la tecnología ha sido una ayuda importante, pero no está fácilmente al alcance de nuestros protagonistas: Aldana debe caminar entre los cerros para tener señal y Diego ha debido hacer una importante inversión para tener servicio de internet. Más allá de las adversidades, de las que tendrán que tomar nota nuestros gobernantes para facilitar la enseñanza/aprendizaje, están las ganas de querer hacer, de seguir adelante, de cumplir las metas trazadas y de la búsqueda de superación, que les han permitido a ellos ser receptores del cariño y la admiración de la gente que los conoció en la última emisión de “Jujuy Investiga”

A ellos, gracias por contarnos sus historias, en estos días hacen mucha falta.

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