Copa Libertadores

Boca perdió con Corinthians y quedó último en su grupo de la Copa Libertadores

El Xeneize arrancó perdiendo desde el vestuario y aunque logró emparejar nunca llevó peligro al arco contrario y se llevó su segunda derrota en tres partidos. Cayó por 2 a 0.

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27-04-2022 06:51

Boca vive en un estado de permanente ebullición. Empieza a calentarse en la interna, donde el Consejo de Fútbol no termina de decidirse por despedir a Sebastián Battaglia, de quien ya dieron señales de que no lo quieren. Y termina de hervirse en el campo de juego, donde el técnico no le encuentra la vuelta, más allá de la actitud que mostró en el segundo tiempo. La derrota de anoche en San Pablo lo dejó al borde del nocaut. Último en el Grupo H por diferencia de gol, deberá aspirar a un empate entre Always Ready y Deportivo Cali, que se enfrentan mañana en La Paz. Y la semana que viene, jugar la gran carta en Bolivia.

Se encontró muy pronto en desventaja Boca. Bastó que despegara Fagner por la derecha y ejecutara un centro preciso para el cabezazo de Maycon, que atacó el espacio que dejó Luis Advíncula y venció a Javier García. No habían pasado cinco minutos.

Sin embargo, en ese breve lapso ya se habían denunciado las intenciones de Corinthians, que se mostró avasallante, dominador y muy intenso. Con la dinámica de sus jóvenes volantes, el propio Maycon (24 años) y Du Queiroz (22) rodeando al veterano y lúcido Renato Augusto (34), empezó a tallar en el medio, sorprendió por afuera y tuvo buenos movimientos en ataque por el activo Jo y el talentoso Willian.

Por eso generó las mejores situaciones del primer tiempo ante García. Le faltó la puntada final. Un tiro de Adson que tapó el arquero xeneize, una triangulación entre Adson, Willian y Renato Augusto que terminó con un enganche y un disparo del mediocampista por encima del travesaño. Y la más clara, un mano a mano de Adson que se filtró entre los centrales, que quedaron pagando en la mitad de la cancha, y halló una notable respuesta de Frank Fabra, quien cruzó como un zaguero cuando el delantero quedaba de frente al segundo.

Fabra pareció redimirse en aquella jugada del final del primer tiempo. El colombiano no tuvo una tarea aceptable. Por el contrario, sufrió horrores porque Corinthians eligió ese sector para lastimar, a espaldas de Juan Ramírez, un interno que tuvo dio facilidades, y de Eduardo Salvio, enfocado en su función ofensiva, movedizo, el más inquietante en 3/4, pero sin voluntad de retroceso.

Boca produjo muy poco y mostró un problema recurrente: su bajo volumen de juego. No conectó líneas, muy a pesar de contar con futbolistas como Oscar Romero y Guillermo Fernández. El paraguayo jugó demasiado retrasado y buscó ser un lanzador. Pol, directamente, pareció otro marcador central. Casi no cruzó el círculo central. Sin un circuito aceitado en la gestación, volvió a depender de la inspiración individual.

No obstante, Corinthians fue demasiado rudo. Cortó con infracciones y agobió a los receptores. Dio la sensación de que Andrés Matonte debió expulsar a Renato Augusto por un planchazo a Carlos Zambrano. La mejor situación que tuvo Boca se produjo cuando Salvio escapó de la marca, abrió para Cristian Medina y el centro rasante del pibe no terminó en gol porque Luis Vázquez no logró conectar.

Y como si los problemas futbolísticos no fueran suficientes para conspirar contra Boca, la cancha regada impedía que sus jugadores hicieran pie.

No obstante, en el segundo tiempo salió con mayor decisión. Tomó el control de la pelota, atacó, pero no fue profundo. Sumó gente en ataque con los ingresos de Darío Benedetto y Exequiel Zeballos, pero nunca pesaron frente a Cassio. Después, Battaglia sacó a Juan Ramírez, metió a Alan Varela y adelantó a Pol. Tarde.

Nunca pudo articular su juego Boca. Y Romero regaló un pase que terminó en un contragolpe letal de Corinthians. Willian habilitó a Roger Guedes, el “9” metió el centro atrás, manoteó García y Maycon la clavó de zurda.

Boca se deshizo en su impotencia ante cada envío que Joao Vitor rechazó en el cielo del área. Y no se quedó con uno menos porque Matonte decidió no expulsar a Benedetto, que ya estaba amonestado, por una fuerte infracción desde atrás.

Fue una nueva frustración azul y oro. Y Battaglia, otra vez, quedará en el centro de las miradas.

Fuente: Clarín

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