Como ya es de público conocimiento, son muchos los pacientes afectados por Covid-19 que manifiestan alteraciones del olfato y del gusto. Una de ellas es la disgeusia, o percepción distorsionada del gusto, que se caracteriza por sentir cambios en la intensidad de los sabores o en la calidad (mal sabor persistente en la boca, a veces metálico o amargo).
Este síntoma puede llevar a un menor disfrute de las comidas, pudiendo limitar el seguimiento de una alimentación equilibrada y suficiente. Por ello, a continuación, te traemos algunas recomendaciones en caso de disgeusia:
- Comer frutas ácidas (naranja, limón, frutillas, kiwi o ananá), porque pueden ayudar a hacer desaparecer el sabor extraño.
- Paladear tés (con menta o limón) u otras infusiones, jugos de fruta antes, durante y después de las comidas. Por ejemplo, se pueden hacer infusiones de jengibre en casa, o jugos de frutas con menta.
- En el caso de apreciar sabores desagradables en el agua y para asegurar su consumo (1,5 - 2 l/día) se pueden añadir unas gotas de limón, diluir el jugo de un limón en un litro de agua o poner cubitos de cítricos dentro del agua.
- Es más frecuente que el sabor desagradable aparezca en el momento de comer, por lo tanto, es preferible comer pequeñas cantidades de diferentes platos que mucha cantidad de un solo plato, es decir, comer tipo “de tapas”, pero siguiendo el método del plato en la variedad de alimentos.
- Los alimentos ricos en proteínas, sobre todo la carne y el pescado, suelen ser los que provocan más sabores incómodos y, por lo tanto, hay que prepararlos de forma que se consigan enmascarar y así se puedan consumir diariamente. Para ello, podemos macerarlos en jugos cítricos, salsas agridulces o especias no picantes y elaborar, por ejemplo, recetas como cebiche o tacos de pescado adobado y frito.
- Añadir ingredientes o condimentos dulces o aromáticos -tales como fruta, fruta desecada, compotas, mermeladas o miel- también nos ayudará a ocultar los sabores desagradables. Podemos elaborar unos pinchos de pollo con manzana o con ananá, por ejemplo.
-Preparar platos poco conocidos o diferentes. Muchas veces la sensación de mal sabor de los alimentos se acentúa porque no se percibe el que se espera de un plato; así, si se preparan platos diferentes que no se han probado nunca se minimiza el efecto de la expectativa y se tolera mejor la distorsión. Hay que aprovechar la ocasión para conocer online recetas de otras culturas alimentarias y elegir preparaciones especiadas y atractivas, pero al mismo tiempo sencillas de preparar. Por ejemplo, cocinar un Dahl hindú, mole poblano, yakisoba, pescado al jengibre, falafel, entre otros.
Fuente: La Vanguardia
