La falta de fuentes de trabajo hace que los puestos que ofrecen comidas en las calles jujeñas se multipliquen a pesar de los controles que realizan las autoridades municipales para evitar que se vendan productos contaminados y en mal estado.
En zonas como la vieja terminal de ómnibus de la capital jujeña desde tempranas horas de la mañana se puede observar a decenas de puestos ambulantes que ofrecen a los transeúntes distintos tipos de alimentos. Si bien miles de personas optan por ingerir alimentos en la vía publica, uno de los problemas radica en el control sanitario de dichos puestos.
En el edificio municipal 9 de Julio, Miguel Machaca, un cliente que habitualmente desayuna en la vía pública indicó que nunca tuvo problema de salud cuando consumió alimentos en los puestos que existen en el lugar “creo que no hay riesgo sanitario porque todos los productos que venden aquí son vertidos en envases descartables. Las vendedoras utilizan alcohol en gel, guantes y bolsas para manipular los alimentos”, expresó.
Olga Tejerina, vendedora ambulante que trabaja en la vieja terminal, manifestó que para poder continuar con la venta de sus productos tuvo que realizar un curso de manipulación de alimentos dictado por personal de la municipalidad capitalina.
“La gente que trabaja aquí no tiene otra fuente de trabajo por eso nos vemos obligados a realizar esta tarea”, expresó la vendedora. De igual manera indicó que se siente agradecida al municipio porque le permitió continuar con la venta aunque aclaró que deben seguir capacitándose y cumpliendo los requisitos exigidos por las autoridades.
Por otra parte existen quejas de algunos vendedores de desayunos que indican que los controles municipales no son iguales para todos. Sostienen que mientras a los puestos ubicados en inmediaciones de la vieja terminal se les permite la venta solo hasta las 10 de la mañana, otros puestos ubicados en el Edificio 9 de Julio tienen “privilegios” y menos exigencias para cumplir horarios.
Desde el municipio capitalino informaron que durante el año 20017 se realizaron capacitaciones en manipulación de alimentos a más de mil trabajadores ambulantes y reconocen que no alcanza el personal de bromatología para controlar todos los puntos de venta en la capital jujeña.
La licenciada Verónica Rojo, Jefa de Seguridad Alimentaria, sostuvo que los controles se realizan en conjunto con otras áreas para evitar que los ambulantes vendan productos en malas condiciones.
“Debemos cuidar la salud de los consumidores. Sabemos que no se puede erradicar la venta ambulante porque es la fuente laboral de muchas personas pero al menos buscamos un ordenamiento y control sanitario del sector”, expresó la funcionaria.
