Siguiendo los pasos de Marcos “Anguila” Gutiérrez, Mateo, su hijo, debe presentarse en el mes de enero para sumarse a los trabajos de Arsenal de Sarandí. “Es un lindo avance después de tantos años entrenando aparte, todos los días”, dijo el joven.
Mateo tiene 16 años, y juega de delantero o media punta. El año pasado estuvo a punto de ser fichado por Huracán de Parque Patricios, pero por falta de lugar en la pensión no pudo sumarse al Globo.
“Comencé a jugar al fútbol en Sportivo Rivadavia, en Venado Tuerto, donde dirigió mi papá. Después llegué al club Renato Cesarini, en Rosario, y ahí me vieron varios equipos, pero no se pudo dar de ir a ninguno, hasta ahora que me llamó Arsenal. Me caracterizo por la potencia física y la velocidad”, señaló Mateo.
El joven resaltó que se crió con su mamá, destacada jugadora de vóley, y papá dentro de una cancha, y tenía la ilusión de dedicarse al fútbol, sueño que de a poco comienza a cumplir, aunque aclaró que no debe dejar de lado el estudio.
“Mis viejos me dicen todos los días que el estudio va relacionado con el deporte”, finalizó.