Se terminó la era Juan Antonio Pizzi en Racing. Este lunes, la comisión directiva de la Academia tomó la decisión de despedir al entrenador luego de la derrota por 1-0 en el clásico de Avellaneda frente a Independiente.
Tras una reunión de mesa chica encabezada por el presidente Víctor Blanco, el mánager Rubén Capria se comunicó con Pizzi y le informó la medida adoptada.
El santafesino de 53 años era mirado de reojo desde hace tiempo. La eliminación de la Copa Libertadores en manos del San Pablo y la derrota del fin de semana ante el Rojo terminaron de sentenciar su suerte.
Inmediatamente, empezaron a sonar nombres con los posibles reemplazantes. Los dos que toman fuerza por estas horas son los de Alexander “Cacique” Medina, actualmente en Talleres de Córdoba, y Gabriel Heinze, quien se encuentra sin club tras su salida de la MLS de Estados Unidos.
LA POLÉMICA SALIDA DE HEINZE DE LA MLS
A mediados de julio, Atlanta United tomó la decisión de despedir al entrenador argentino Gabriel Heinze luego de caer por 1 a 0 frente a New England y sumar ocho encuentros sin victorias. Sin embargo, parece haber más detrás del a decisión que tomó la dirigencia de desplazar al Gringo.
En su momento, medios locales informaron que las formas y las exigencias del DT saturaron a sus dirigidos, quienes llegaron a realizar una queja formal ante la Asociación de Jugadores de la MLS. “La táctica y el juego son una cosa, pero había muchas otras que estaban pasando de manera cotidiana fuera de la cancha y que agotaban mentalmente a los jugadores”, señalaron fuentes anónimas en una nota firmada por el periodista Doug McIntyre. Y agregaron: “Estos seis meses fueron un infierno”.
A su vez, aseguraron que Heinze y sus acompañantes limitaban la cantidad de agua que los futbolistas podían tomar durante los entrenamientos de la pretemporada, motivo que llevó al propio médico del club a intervenir. También sostuvieron que les negaban los días libres establecidos y se les exigía estar siempre pendientes del teléfono y predispuestos a presentarse en las instalaciones del club cuando sea requerido.
Por último, en el artículo destacaron que Heinze prácticamente no tenía diálogo con sus dirigidos ni con los trabajadores del club debido a que para dirirse a ellos utilizaba un intermediario.
