Cuando celebramos las Fiestas patrias necesariamente nos acordamos de nuestros próceres:
San Martín, Belgrano, los héroes de la Independencia, los congresales de Tucumán... Aquellos eran dirigentes, eran conductores, eran ejemplo.
No sólo predicaban con sus palabras sino que también daban ejemplo con sus decisiones y con su vida entregada al servicio de la Patria.
Muchos dieron la vida para que nosotros hoy tengamos vida independiente marcada por un fuerte sentido de pertenencia a la Patria, la tierra de nuestros padres.
Pero me temo que hoy no estamos a la altura de aquellos que nos precedieron. Ellos pusieron su vida en peligro ... hoy nosotros ponemos en peligro la vida de los inocentes. Ellos fueron fieles a la Patria...hoy son fieles al “partido” y a las conveniencias, no a las convicciones.
Ellos renunciaron a su dinero ... hoy no renuncian sino que aumentan sus dietas. Ellos se enfrentaron y se independizaron de los que nos dominaban... hoy seguimos lo peor de aquellos de los que nos independizamos.
Ellos buscaban el bien común... hoy cada uno busca su propio beneficio y acomodar a los de la familia y amigos.
Muchos de ellos murieron pobres... hoy muchos acrecientan sus arcas para hijos, nietos, bisnietos y varias generaciones.
Ellos tuvieron principios... hoy tienen intereses. Ellos eran coherentes... hoy la incoherencia es ley y la traición del "panquequismo" es lo más natural.
Ellos cantaban el himno con fervor...hoy se atreven a cambiar la letra con palabras de muerte proclamando el aborto.
Muchos de ellos trabajaron años de años con verdadero espíritu de sacrificio... hoy se cambian de sexo para jubilarse antes. Ellos... nosotros...los de ayer y los de hoy.
¡Qué lejos estamos y qué vergüenza nos da señalar estas cosas!
Por supuesto que también hoy hay gente que se la juega por la patria. Pero me temo que los que se la juegan son los humildes, los pobres, los que menos tienen, los ignorados que se esfuerzan cada día por cumplir sus obligaciones y por aportar al país. Hay mucha gente heroica, pero que camina por la patria de incógnito.
Sueño con una dirigencia que esté a la altura de las circunstancias. Sueño con un presidente que cumpla con sus palabras y no que diga una cosa en el Congreso Eucarístico de Tucumán y luego no fije postura y lance un debate que nos ha dividido a los argentinos.
Sueño con dirigentes que sacándose la camiseta partidaria y los intereses electoralistas se pongan la camiseta de la patria pero no sólo para gritar los goles de una selección que nos dejó con las ganas.
Sueño con una patria verdaderamente libre y soberana y no una patria que imite lo peor de los países así llamados “desarrollados”, pero que sufren una profunda crisis moral.
Sueño con líderes a lo San Martín, a lo Belgrano. Me quita el sueño ver que los que tendrían que soñar con una patria mejor en realidad sueñan con viajes, prebendas y acomodos para hijos y entenados.
Dios nos guarde y nos ilumine, para que los argentinos de hoy imitemos un poco más a los de ayer, a los próceres, a los “padres” de la patria. En muchas cosas hemos perdido la razón y se nos extravió la justicia.
En este cambio de época que vivimos ojalá tengamos líderes, dirigentes, “próceres”, que no se independicen de Dios, fuente de toda razón y justicia.
