Desde hace unos días me viene a la mente la frase del título de esta nota, porque refleja algo de lo que estamos viviendo.
El gobierno se preocupa mucho de los muertos por Covid, que parece que es actualmente la única causa de muerte, pero no dice nada de los muertos invisibles, ese verdadero genocidio que se está produciendo por la legalización del aborto.
Hace unos días en Salta el director del hospital materno infantil declaró que dicho hospital está colapsado precisamente por los abortos que se realizan (el dato se puede consultar en internet).
Y estos niños mueren por orden del Estado, es decir, por seguir una ley inicua que ha legalizado la muerte de los inocentes.
El gobierno pone restricciones por el Covid, se muestra preocupado por la muerte de muchos hermanos argentinos a causa de la presente pandemia.
Pero curiosamente no dice nada de lo que está sucediendo en los hospitales públicos a causa de la legalización del aborto.
Es una muestra más de la maldad del ser humano y de la perversión que se da en la clase política, que curiosamente parece que se olvidó de que ellos también nacieron y de que también morirán un día y tendrán que rendir cuenta de sus decisiones.
No podemos mirar para otro lado cuando están aconteciendo estos tamaños desaguisados en nuestra patria.
Son miles y miles los argentinos que no nacen por la ley que se ha promulgado.
Y curiosamente ninguno de los políticos que impulsaron la ley o que se abstuvieron en la votación dice nada al respecto.
¿Será que están conformes con que se maten argentinos por nacer?
¿No habrá otra solución para las mujeres que tienen problemas?
Sabemos bien que sobre la conciencia de una mujer que aborta pesa lo que hizo. Aconsejarle el aborto es aconsejarle que lleve durante toda su vida ese remordimiento sobre su alma, algo que nunca dejará de dolerle.
Hay que saber ayudar para revertir esta situación.
No podemos bajar los brazos ante tamaño genocidio.
Y no podemos dejar de denunciar a los responsables, porque si no lo hacemos somos cómplices de tales muertes invisibles.
Es preocupante que muchos estén muriendo de Covid... y de tantas otras enfermedades que no se atienden por causa de la pandemia.
Pero también es muy preocupante que mueran tantos inocentes y nadie diga nada al respecto.
¿Dónde quedaron los derechos humanos? ¿Dónde quedó el derecho humano fundamental que es el derecho a la vida?
¿No reconoce la constitución Argentina que la persona humana lo es y es sujeto de derecho desde el mismo instante de la concepción?
¿Eso ya no rige? ¿Habrá que reformar la constitución para eliminar este derecho?
Y todavía debemos esperar algo más: la eutanasia.
Ya se legalizó en España y en otros países... ¿Faltará mucho para que algunos inconscientes legisladores propongan algo igual para la Argentina?
Esperemos que no suceda.
Niños por nacer y ancianos que ya no se pueden valer por sí mismos no son “descartables”.
Al menos, que los legisladores recuerden que ellos también estuvieron en el seno de sus madres y que un día serán ancianos y deberán ser atendidos.
Como argentinos debemos hacer algo para que nazcan los engendrados y mueran dignamente los abuelitos.
