En estos días muchos niños se disfrazan de calaveras , brujas y demás personajes ligados a Halloween.
El colonialismo cultural se va haciendo presente en estos juegos de niños.
Pero ¿no sería mejor que los niños jugasen a otra cosa que a asustar gente? Por eso muchos están proponiendo en distintos países que las brujas se cambien por santos.
Es otra cosa: se propone un modelo de vida, no una bruja ligada al susto y a la muerte. ¿Qué necesitan nuestros niños en este tiempo? ¿No necesitan ciertamente modelos de vida ?
Y los santos son eso: hermanos nuestros que en su caminar por esta vida se han destacado por vivir las bienaventuranzas y las obras de misericordia.(Cap 5 y 25 de San Mateo)
Conocer a un santo, interiorizarse por su vida y su manera de vivir la fe es verdaderamente edificante. Los santos no son, como algunos quizá lo ven, una suerte de seguro para distintas cosas: lo imposible, los exámenes, los estudios, las cosas perdidas, conseguir novio o novia, etc. etc. Muchos identifican a los santos con una especie de fetiches de buena suerte .
No. Los santos son y deben ser siempre considerados nuestros “modelos” de vida cristiana.
Proponer eso a los chicos es muy saludable, ya que de lo que carecemos lamentablemente es de ejemplos de vida.
Los niños y los jóvenes , lo vemos, tratan de imitar en sus juegos y en sus iniciativas a cantantes, modelos, actores y actrices, personajes de la tv o del cine... pero muy raramente miran a un santo como alguien a quien se puede conocer, seguir e imitar.
Presentar santos en vez de los personajes de hallowen puede ser muy recomendable y
sobre todo saludable.
Les proporcionemos a nuestros niños y jóvenes auténticos modelos de vida para seguir.
