Más de un centenar de personas resultaron heridas en Japón debido a un sismo de magnitud 7,3 frente a Fukushima, al noreste del país. El temblor, que se produjo ayer poco después de las 23 (hora local) causó 114 heridos en la región, seis de ellos graves, pero también en los alrededores de Tokio, según informaron hoy las autoridades.
El terremoto no provocó un tsunami, pese a ser seguido por varias réplicas durante la noche. Hoy por la mañana no se había registrado ninguna víctima mortal, ni daños materiales de envergadura. Tampoco se detectaron anomalías en las centrales nucleares de las zonas afectadas, que se vieron sacudidas por la catástrofe de 2011.
Hoy por la mañana, el suministro eléctrico estaba prácticamente restablecido al 100%, después de que en la víspera casi un millón de hogares se quedaron sin electricidad. Por el momento, el principal destrozo material visible fue un deslizamiento de tierra que dañó una ruta en el departamento de Fukushima.
RIESGO DE RÉPLICAS
Las autoridades japonesas instaron a la población a “extremar la prudencia” porque podría haber más réplicas en los próximos días y porque aumentará el riesgo de deslizamientos de tierra con las lluvias previstas para el lunes en la región. ”Especialmente en los dos o tres próximos días, podría haber sismos muy fuertes”, advirtió el portavoz del gobierno, Katsunobu Kato.
El gobierno hoy continuaba evaluando los daños. Por el momento, informó de ocho estructuras dañadas, sobre todo casas. Los medios locales hablaban de decenas de edificios con los tejados derrumbados y las tuberías reventadas. Miembros de las fuerzas japonesas de autodefensa fueron enviados a las zonas afectadas para distribuir agua a los 4800 hogares que se quedaron sin acceso al agua corriente, precisó Kato. Más de 250 personas se refugiaron en centros de evacuación durante la noche, pero la mayoría ya volvieron a sus casas, agregó.
Japón está situado en el Cinturón de Fuego del Pacífico, una de las zonas con mayor actividad sísmica del planeta. Sin embargo, sus estándares de construcción son estrictos para que los edificios puedan soportar fuertes temblores.
Fuente: La Nación