Una recién nacida fue encontrada gracias a un perro en una alcantarilla de la ciudad de Porth Elizabeth en Sudáfrica. La imagen, cruda, la sacó el hombre que, gracias a su fuerza, se convirtió en su salvador.
La bebé estaba desnuda, con el cordón umbilical, en un sumidero de 2 metros de profundidad infestado de hormigas rojas. El frío, el agua de lluvia y las picaduras de esos insectos eran un combo mortal para una beba que había nacido dos días antes. Pero ganó la vida.
Un hombre frenó su auto cuando vio a la mujer saltando y moviendo los brazos de un lado al otro en busca de ayuda. Era una vecina que había sacado a pasear a Georgie, su perro salchicha, y ese día, de casualidad, no tomó el camino de siempre y salió mucho más temprano de lo habitual.
"Cuando pasamos por la alcantarilla, Georgi empezó a ladrar insistentemente. Creí que era un gato, porque les tiene miedo, pero después escuché el llanto y supe que ahí abajo había un bebé" dijo la mujer.
El hombre luego de bajar del auto tomó una barreta de hierro del baúl de su vehículo, hizo palanca sobre la tapa de concreto del drenaje y se horrorizaron: allí estaba la recién nacida, sobreviviendo.
El vocero de salud de Port Elizabeth, comentó que están investigando si la beba fue arrojada en esa alcantarilla o si el agua de lluvia la arrastró hasta ahí. Pero, como no hubo fuertes lluvias los dos días previos a este hallazgo, la Policía cree que quien la dejó ahí antes tuvo que levantar la tapa de cemento que cubre el sumidero.
Fuente: Clarín e Infobae.
