"Tenemos el primer caso confirmado de coronavirus en la provincia de Jujuy", expresó Omar Gutiérrez en conferencia de prensa hace un año, al informar que una mujer que había estado de viaje por Europa y regresó a la provincia había contraído la enfermedad.
Desde aquel 17 de marzo del 2020 a la fecha ocurrieron infinitos sucesos y las autoridades aplicaron incontables medidas. Gran parte de la sociedad se quedó durante muchos meses en su casa: los chicos dejaron de ir a la escuela y los grandes a trabajar.
El barbijo se convirtió en un elemento necesario y obligatorio. Hubo escasez de alcohol en gel, lavandina y hasta de papel higiénico.
Los abuelos y las abuelas dejaron de abrazar a sus nietos; y los más pequeños no pudieron salir a jugar a las plazas y parques.
Los esenciales dieron (y dan) la batalla en primera línea. Algunos perdieron la vida en la trinchera, intentando salvar a otros.
Gran cantidad de comercios cerraron sus puertas, en muchos casos de manera definitiva. Con ello llegó la crisis a diversos hogares y se sumó al efecto del encierro en la salud mental.
A fines del 2020 comenzó a verse la luz al final del túnel: había un sostenido descenso de casos en Jujuy, mucha mayor conciencia social y empezaban a arribar las vacunas. Hoy ya son 38.130 las dosis aplicadas que llevan un principio de tranquilidad a las familias.
En 12 meses aprendimos mucho, lamentando en nuestro territorio 935 víctimas fatales de la enfermedad respiratoria que paralizó y revolucionó al mundo. Por otra parte, lograron vencer a la infección otros 18.496 jujeños del 21.748 total de infectados.
Lamentablemente, la pandemia aún no terminó y sigue cobrándose vidas. Por eso, seguí cuidándote y cuidando a los demás. Una de las grandes enseñanzas es que sólo vamos a salir adelante juntos.
