Por Candy Moreno
El 2 de noviembre se recuerda el “Día de los fieles Difuntos” en nuestra provincia, momento en que se despliegan las tradiciones más profundas de nuestros antepasados, que pusieron en práctica el ritual de la preparación de las ofrendas, esperando así, la llegada de las almas que visitan a sus familiares. Este día Dios "les da un permiso especial" y "les abre las puertas del cielo".
Quisimos profundizar y conocer más sobre esta costumbre por lo que nos contactamos con la familia Cari, con trece hermanos vivos, hijos, nietos, bisnietos y tataranietos que mantienen aún hoy esta costumbre de recibir a los fieles difuntos.
Es así que al atardecer, con una temperatura muy elevada en el Barrio Alto Comedero, cruzamos la avenida Forestal y en la segunda entrada hacia la izquierda doblamos para ingresar en la calle Bouchard al 900. Justo frente a un portón negro nos detuvimos para ser recibidos amablemente por la señora Arminda Cari con la cual habíamos acordado previamente dialogar sobre la costumbre de preparar ofrendas para recibir a sus muertos...
Posteriormente nos hicieron pasar a la cocina de la casa para mostrarnos las ofrendas y dulces que habían preparado a modo de muestra. Así conocimos a las hermanas Cari, cuyo apellido es símbolo de tradición y cultura de nuestra tierra.
Mantuvimos un diálogo sostenido, aproximadamente dos horas, entre anécdotas, leyendas e historias de vida relacionadas con la costumbre de ofrendar a nuestros muertos. Es de destacar la forma de preparar las ofrendas, el cuidado que ponen en esa actividad y el amor de esperar a esas almas que en otro tiempo compartían también esa tradición.
Cuando nos despedimos nos fuimos con la seguridad de que nuestras costumbres van a perdurar a través del tiempo manteniendo nuestras raíces intactas.
Estas fueron sus palabras:
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