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La violencia, las adicciones y la disolución: los desafíos de las familias para la Iglesia

“Me contaban en un barrio de los más pobres de Libertador que hay chicos de diez años que se levantan a la mañana y ya se toman un litro de vino para no sentir hambre y seguir durmiendo, eso pasa en nuestras familias”, mencionó preocupado el obispo.

Obispo-pergerinacion-de-las-familias
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14-10-2018 10:24

La segunda peregrinación a Río Blanco tuvo como lema "María, santuario de vida, fortalece mi familia" y el obispo fue directo en su mensaje a los presentes, enumeró los tres problemas principales a enfrentar y mencionó a la violencia, las adicciones en los jóvenes y la disolución del grupo familiar.

Con respecto a la violencia, monseñor Fernández hizo alusión no solo a las agresiones físicas sino también a la violencia psicológica de la que son presas muchas mujeres en las familias, “son situaciones que hacen vivir a las familias un infierno”, resaltó.

El segundo problema son las adicciones, especialmente en los jóvenes e incluso a los niños. “Hay niños de diez años que están consumiendo, me contaban en un barrio de los más pobres de Libertador que hay chicos de diez años que se levantan a la mañana y ya se toman un litro de vino para no sentir hambre y seguir durmiendo, eso pasa en nuestras familias”, dijo preocupado el obispo.

El tercer problema mencionado en la celebración fue la disolución de la familia, cuando el padre o la madre por diferentes razones terminan abandonando el hogar despreocupándose de sus hijos y de los cuidados, indicó.

“Además de estos problemas puertas adentros cada uno lleva un problema, la plata que no alcanza, el trabajo que no abunda, los hijos que se ponen rebeldes, las escuelas que no saben contenerlos. En este segundo domingo de peregrinaciones hemos pedidos a la Virgen María que fortalezca a nuestras familias”, dijo el obispo diocesano.

LLAMÓ A FORTALECER LA FE

Para enfrentar los desafíos familiares, el obispo llamó a fortalecer la enseñanza de la fe, “a cada uno nos llevaron de la mano a la iglesia, nos hicieron promesar a la Virgen o a algún santo, eso es el tesoro más valioso que le dejamos a los nietos, les dejaron lo más grande que se les puede dar”, dijo monseñor.

A manera de acrecentar la fe agregó: “si como familia nos planteamos que Dios este en medio del hogar, si nos animamos a rezar, vamos a dar gracias a dios porque somos cristianos y el pan que tenemos en la mesa nos los da Dios”.

Finalmente, el obispo llamó a los presentes a rezar juntos, ir a la iglesia a participar de la misa, leer la palabra de Dios, “la fe si no se alimenta se muere y si hoy la familia no cuida a los hijos la cultura los mata”, concluyó.

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