Un grupo ambientalista que lleva el nombre "Impacto B", inició hoy una campaña de concientización denominada "Zona Libre de Sorbetes" en el casco céntrico de San Salvador de Jujuy. Durante la mañana, los jóvenes pegaron carteles y explicaron a comerciantes y traseúntes la importancia de dejar de utilizar estos elementos plásticos para reducir la contaminación.
Leandro Arroyo, un miembro de Impacto B, explicó que la campaña se concentra en el uso de sorbetes y se dividió en dos etapas: la primera inició hoy en quioscos para que sus propietarios no entreguen sorbetes al momento de la venta,
"El problema que nos encontramos es que los comerciantes nos dicen que los compradores les dicen que si no les dan sorbete, se van a comprar a otro lado", indicó Leandro, por eso es que además solicitaron a los vecinos colaborar también, y si es que usan sorbetes comprar los hechos con bambú o metal que son reutilizables.
La segunda parte de la campaña será concurrir a los bares para que tampoco entreguen sorbetes y la tercera es trabajar en los boliches, donde también se entregan plásticos en los tragos.
"Le pedimos a la gente que se pregunte si realmente es necesario un sorbete. Hay que pensar que un sorbete tarda 5 minutos en producirse, se usa menos 20 minutos pero tarda entre 200 y 500 años en degradarse", detalló el joven ambientalista y agregó como ejemplo, que "cuando una persona que utilizó un sorbete muera, sus hijos van a seguir luchando para degradar estos plásticos".
EL SORBETE NO DESAPARECE DEL PLANETA
Debido a su composicion (polipropileno) el sorbete no desaparece, sino se desintegra en pequeños pedazos en casi 500 años desde que es desechado. En este proceso afecta directamente a los ambientes naturales y urbanos, especialmente en al ambiente marino.
"Al pedir o recibir sorbetes creés que por ser algo de menor costo y tamaño es inofensivo, pero así como lo ves, puede causar grandes destrozos en el Ecosistema", indican en la campaña.
