Mirta relató que Máximo, oriundo de Tumbaya, era gremialista telefónico y que luchaba para que la gente pueda tener lo que necesite, pero por el simple hecho de ser peronista, cuando los militares toman el mando del país, lo hicieron desaparecer.
“El no tenía nada para que le sucediera lo que pasó, y ese es el sufrimiento más grande, porque no supimos, ni sabemos nada de él”, sostuvo.
Asimismo recordó la noche en que se llevaron a su papá: “fue a dejar unas secretarias del sindicato hasta sus casas, y de ahí no volvió. Ante la situación comenzamos a preguntar en todos lados e intentamos hacer la denuncia en la policía pero recién fue radicada al día siguiente aunque fue no fue más que eso porque nunca lo buscaron”, destacó.
Al ser consultada por el pedido de los familiares de desaparecidos sobre la celeridad de los juicios de lesa humanidad, la mujer puntualizó en la necesidad que eso suceda para que los represores cumplan con la pena que les corresponda.
“Nosotros no le tenemos odio, pero no tuvieron piedad con los nuestros, a ellos los torturaron y les hicieron lo que quisieron, entonces queremos que paguen por eso”, dijo.
En Jujuy son 127 las denuncias realizadas por personas desaparecidas durante el último golpe militar, aunque según dicen los propios familiares, el número es mayor.
