PRONÓSTICO
por Desde hace tres años el fenómeno de La Niña es una de las responsables que genera distintos efectos climáticos en varios lugares del mundo, entre ellas sequías e inundaciones.
La Puna y Quebrada, son dos de las regiones jujeñas que registran intensas lluvias y tormentas frecuentes, panorama distinto a la de los Valles y Yungas, zonas características de clima lluvioso tropical.
Por ese motivo, la ingeniera Mónica Valdiviezo desde el Área de Climatología de la UNJu, anticipó que en enero y febrero, meses en los que muchos de los jujeños celebran el Carnaval, existe la tendencia de que se originen lluvias en los sectores de mayor concurrencia de personas.
"El fenómeno de La Niña hace que se presenten grandes probabilidades de precipitaciones en zonas secas como la Quebrada y Puna, y no así en áreas de valles cálidos y templados. Desde enero se esperan grandes probabilidades de precipitaciones".
Déficit de lluvias en Jujuy: de los valores normales, en noviembre solo cayeron 31 de 95 milímetros
Por otro lado, Valdiviezo del área de climatología de la UNJu, indicó que los valores de las lluvias fueron bajos ya que en noviembre cayeron 31 milímetros de los 95 milímetros. En diciembre, van cayendo 46 milímetros, cuando el valor normal es de 159 milímetros. Mientras que en enero, anhelan la caída de 198 milímetros.
La profesional indicó que esta situación remontaría entre febrero y marzo del 2023, "el Instituto de estudios del clima de la Universidad de Columbia pronostica que el fenómeno irá pronunciándose a condiciones neutras". En ese sentido anunció que el que tomará fuerza a mediados de julio y septiembre será el Fenómeno del Niño, "serán buenas noticias para los productores agrícolas que necesitan de las lluvias para las siembras gruesas".
Diferencias entre el fenómeno de La Niña y El Niño
La Niña es un fenómeno que produce un enfriamiento a gran escala de las aguas superficiales de las partes central y oriental del Pacífico ecuatorial, además de otros cambios en la circulación atmosférica tropical en los vientos, la presión y las precipitaciones, según la OMM.
Por lo general, tiene efectos en el tiempo y el clima opuestos a los de El Niño, que constituye la fase cálida del fenómeno denominado El Niño-Oscilación del Sur (ENOS).
El fenómeno tiene una periodicidad irregular, usualmente ocurre cada 2 a 7 años, y se declara la fase El Niño/La Niña cuando las temperaturas del mar en el Pacífico oriental tropical aumentan/disminuyen 0,5°C por encima/por debajo del promedio durante varios meses consecutivos (5 trimestres).
Los efectos sobre nuestro país son diversos y varían dependiendo de la fase, la región y la época del año. En particular, durante la primavera y el verano el noreste argentino tiende a registrar lluvias superiores a las normales durante la fase El Niño. En cambio, durante la fase La Niña la misma zona tiende a registrar precipitaciones por debajo de lo normal, según el Servicio Meteorológico Nacional (SMN).
Sin embargo, todos los fenómenos climáticos de origen natural se producen ahora en el contexto del cambio climático, que provoca un aumento de las temperaturas mundiales, exacerba los fenómenos meteorológicos y climáticos extremos, y altera la configuración de las temperaturas y las precipitaciones estacionales.
