Un adolescente de la ciudad santafesina de Esperanza se animó a confesarle en 2014 a su madre el calvario por el que había transitado cuando tenía entre 5 y 9 años: su abuelo, su abuela y su tío lo habían violado en reiteradas oportunidades.
Tras enterarse de que su padre, su madre y su hermano abusaron de su hijo, la mujer no dudó y los denunció. La Justicia primero ordenó la detención de los dos hombres y luego de la mujer como partícipe de las vejaciones. Hubo un primer juicio que quedó invalidado.
Finalmente, el lunes, Víctor Hugo Baraldo (abuelo de la víctima), Nidia Noemí Morandini (abuela) y Juan Pablo Baraldo (tío) fueron condenados a 18, 20 y 16 años de prisión, respectivamente, tras ser hallados culpables de abuso sexual con acceso carnal agravado por el vínculo, detalló El Litoral.
Sin embargo, lo que ocurrió al final del juicio volvió a indignar a toda la sociedad santafesina: los tres condenados salieron del juicio en libertad y caminando. Como si nada hubiera pasado. Según explicaron esto ocurrió porque la condena aún no está firme.
Sin embargo, se instruyó al Ministerio Público de la Acusación para que dentro de 48 horas se realice una audiencia para que se analice dictar la prisión preventiva para los condenados hasta que el fallo sea revisado por la Cámara de Apelaciones.
“Esto no terminó. No basta con la condena. Ellos tienen que estar adentro, no pueden seguir afuera. Las vidas nuestras corren peligro”, dijo la madre de la víctima y familiar de los condenados tras la sentencia.
Fuente: Los Andes.
