Luciano Napolitano, el hijo del mítico Pappo, fue detenido por la policía bonaerense acusado de haber golpeado, ahorcado, encerrado y amenazado de muerte a su novia.
Así lo informaron a LA NACION calificadas fuentes policiales. El hecho de violencia de género, investigado por la fiscal Mariela Miozzo, ocurrió en una casa de Banevídez, en Tigre.
Después de la agresión física, según la denuncia, Napolitano encerró a su novia, una joven de 33 años, y se fue de la casa donde convivían desde hace más de tres años.
La víctima recién pudo hacer la denuncia después de escapar por una “puerta balcón”. Si bien el caso se conoció hoy, la detención del hijo de Pappo se concretó anteayer.
En poder del imputado le secuestraron un revólver calibre .38 Special, del cual no poseía documentación que acreditara que contaba con autorización para su uso y tenencia- y municiones. En su indagatoria dijo que heredó el arma hace 15 años.
“Según la víctima, el hijo de Pappo le pegó una piña, la ahorcó y le metió los dedos en los ojos”, dijo una fuente policial.
Napolitano está acusado de lesiones leves agravadas por el vínculo y por mediar violencia de género, en concurso real con amenazas, privación ilegítima de la libertad agravada y tenencia ilegítima de arma de guerra. El músico está detenido en la comisaría 2a. de General Pacheco.
De acuerdo a la denuncia de la mujer, durante una discusión el guitarrista comenzó a hostigarla, la tomó del cuello y la amenazó de muerte. Luego la empujó contra un sofá y le colocó una rodilla sobre el pecho, al tiempo que le decía que iba a matarla.
La pareja del hijo de Pappo logró salir al patio, hasta donde fue perseguida y continuó la agresión a golpes. En un momento, afirmó la víctima, Napolitano abordó su camioneta Volkswagen Amarok e intentó embestirla, por lo que ella se refugió en el quincho de la casa. No obstante, el ataque físico y verbal continuó entre el patio y aquel quincho, donde finalmente la víctima fue encerrada con llave y permaneció allí hasta la tarde del día siguiente, cuando logró escapar y pedir auxilio al 911.
Fuente: La Nacion
