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LLAMADO DE ATENCIÓN

La Iglesia le reclamó al Gobierno que reparta "rápidamente" los alimentos no entregados por Capital Humano

El presidente de la Conferencia Episcopal Argentina, Oscar Ojea, le hizo una fuerte advertencia al Ejecutivo: “Nos preocupa que se vaya perdiendo la sensibilidad”.

sandra pettovello
sandra pettovello

Somos Jujuy por Somos Jujuy | 26-05-2024 11:26

El presidente de la Conferencia Episcopal Argentina (CEA), y obispo de San Isidro, Oscar Ojea, le reclamó al Gobierno que reparta "rápidamente" los cinco millones de alimentos guardados por el Ministerio de Capital Humano, en su reflexión para la solemnidad de la Santísima Trinidad.

Ojea advirtió: "El papa Francisco nos ha dicho muchas veces que hemos entrado en este tiempo en la globalización de la indiferencia y en este punto quisiera hacer dos reflexiones. La primera reflexión refiere a que nos hemos enterado sobre la existencia de dos depósitos de alimentos que tienen cinco millones de kilos de alimentos guardados. No entro en las razones por las que están guardados, pero pienso que en un tiempo de emergencia alimentaria esto debe llamarnos a la reflexión".

El obispo de San Isidro dijo: "Una vieja tradición cristiana, mi abuela materna me decía que cuando tirara un poquito de pan besara el pan y pensara que ese pan que yo pude comer y que no voy a comer hay otro que realmente lo necesita", y agregó: "Esto es lo que realmente nos preocupa, que se vaya perdiendo esta sensibilidad frente a un derecho que es y que es primario como es el derecho al alimento. Dios quiera que rápidamente los hermanos con tantísimas necesidades puedan alcanzar su alimento diario".

Oscar Ojea, presidente de la Conferencia Episcopal Argentina
Oscar Ojea, presidente de la Conferencia Episcopal Argentina

Ante Milei, la Iglesia alertó por la situación social: "No podemos hacernos los tontos"

Ante el presidente Javier Milei y todo el gabinete, el arzobispo de Buenos Aires, Jorge García Cuerva, alertó al Gobierno por la situación social durante el tradicional tedeum del 25 de Mayo: "La gente está haciendo un esfuerzo muy grande y no podemos hacernos los tontos, hay que responder con hechos".

En el primer tramo de su discurso, el religioso esbozó un diagnóstico de la situación actual y dijo que parece haber "manos paralizadas" para el encuentro, para "abrazar a los heridos" y "para ser solidarios con los que menos tienen".

García Cuerva dijo que "hay parálisis que no se pueden postergar en nombre de un futuro prometedor" ya que "generaría consecuencias nefastas por irreversibles en la vida de las personas" y llamó la atención sobre la malnutrición en la primera infancia y la situación de los jubilados "incapaces de sostenerse con un mínimo de dignidad", al mismo tiempo que pidió mejorar el acceso a la educación y a la salud.

tedeum
tedeum

En un tramo de su discurso, García Cuerva llamó a los políticos a la autocrítica y asumir responsabilidades y preguntarse qué están haciendo por los que sufren. "¿Podremos mirarnos y responder esa pregunta sin echar culpas como adolescentes, sino desde la responsabilidad de hacernos cargo incluso si es necesario realizando una autocrítica madura que necesita escuchar nuestro pueblo?", manifestó.

Y a continuación destacó los estragos que genera el ajuste de las cuentas públicas que lleva adelante el gobierno de Javier Milei, y frente a la vicepresidenta Victoria Villarrue, criticó los aumentos de sueldos que se dieron el Ejecutivo y los senadores.

"La gente está haciendo un esfuerzo muy grande, no podemos hacernos los tontos, hay que acompañar con hechos y no solo con palabras ese enorme esfuerzo. Por eso siguen doliendo las acciones de la dirigencia, divorciadas de la ciudadanía de a pie, como los tan comentados autoaumentos de sueldos", manifestó García Cuerva.

Asimismo, el arzobispo apeló al consenso entre la dirigencia y alertó sobre el aumento de los discursos de odio. En este sentido, pidió "probar la fuerza subversiva de la gratitud, que no construye en base a la denigración, ni a la manipulación, sino que es capaz de despertar la fuerza de la solidaridad como forma de construir la historia, y de la creatividad como dimensión esencial para generar nuevas posibilidades".

"Hay pocas cosas que corrompen y socavan más a un pueblo que el hábito de odiar", insistió sobre el final del discurso.

 


 



 

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