Rubén Darío Biasoni, de 57 años, fue condenado a la pena de 20 años y 8 meses de prisión de cumplimiento efectivo por abusos sexuales agravados por la convivencia contra las víctimas que eran menores de edad, y por el uso de arma de fuego, coacciones, lesiones graves calificadas, en concurso real con amenazas calificadas por el uso de arma, hurto calificado.
Las víctimas son sus hijastras, quienes durante los años que duraron los hechos eran menores de edad; y también la madre de ellas, quien fue su esposa. Del infierno que les hizo padecer, nacieron 11 hijos.
El tribunal dispuso que una vez firme el fallo, su ADN quedará en el registro de los violadores.
Fueron jueces de este juicio oral, Gonzalo Basualdo, Martín Gauna Chapero y Gustavo Gon. La decisión fue unánime y se dio a conocer minutos después del mediodía de este viernes 24 de septiembre de 2021, en los Tribunales de Reconquista.
"Lo único que quiero es justicia y que mi muerte no sea en vano", dijo Biasoni antes de escuchar el veredicto, cuando el presidente del tribunal le dio la palabra por última vez antes de pronunciarse.
Biasoni vivió también en otras localidades de Santa Fe. Fue enjuiciado por 10 hechos delictivos y condenado por la gran mayoría. Solo fue absuelto por tres hechos menores, por prescripción por paso del tiempo: dos hechos de lesiones leves y un daño.
La pena solicitada por el Fiscal, Aldo Gerosa era de 21 años y 10 meses de prisión de efectivo cumplimiento. El querellante, Andrés Ghio, había pedido condena de 11 años y 10 meses de prisión por una de las víctimas a quien representó.
La defensa, a cargo del Defensor Público Orlando Toniolo, había solicitado la absolución.
El diario íntimo del horror del “Chacal” de Santa Fe
En un allanamiento que se llevó a cabo en el domicilio de Biasoni tras su detención, los investigadores encontraron un cuaderno en el que el acusado llevaba un registro de las violaciones.
“Le eché dos polvos a...”, “le eché un polvo a...”, había escrito de su puño y letra el hombre junto al nombre de la víctima, el día de la violación y la cantidad de veces que la sometía.
Al ser consultado por esto, Biasoni reconoció que la letra era suya pero dijo que allí decía “pollo” y no “polvo”. “Explíquenme como le echan un pollo a una persona”, le pidió el fiscal a los jueces.
Fuente: Todo Noticias.