“Hace un mes que la secretaria del fiscal me dijo que me llamaría para una audiencia y aún sigo a la espera de ese llamado”, expresó el padre de Romina, Juan Víctor Aramayo, quien informó el estado en que se encuentra la causa que investiga el asesinato de su hija y brindó algunos detalles sobre el entorno del aberrante hecho sucedido en 2014, en dialogo con Somos Jujuy.
Aramayo comentó que luego de que se realizara una restructuración del Ministerio Público de la Acusación, el caso pasó a manos del Fiscal de Investigación Penal Diego Cussel.
El hombre, quien se encuentra en un delicado estado de salud ya que es un paciente trasplantado del corazón, pidió que desde la Justicia se aceleren los tiempos porque la espera y la angustia agravan su cuadro. “No quiero morirme sin que se haga justicia por mi hija”, sostuvo el padre de la joven.
“Entiendo que el doctor Cussel tiene muchas causas más actuales pero tengo miedo de que esto no avance. Considero que es doloroso que no haya suficiente personal para que investiguen el hecho, sobre todo teniendo en cuenta que el caso de Romina es un crimen aberrante”, indicó.
Asimismo, Juan detalló cómo era el entorno de su hija y que a pesar de que él mismo le pidió al fiscal Carlos Farfán (quien investigaba la causa y luego fue apartado) que llame a declarar a algunas personas, nunca avanzó en su tarea investigativa.
SOSPECHAS EN SAN SALVADOR
“Yo creo que los autores del crimen de mi hija son oriundos de San Salvador aunque desde la Justicia desde un primer momento apuntaron a personas oriundas de la ciudad del Chaco”, manifestó al tiempo que comentó que algunos de los sujetos de los que él sospecha, trabajarían en el club nocturno que se encontraba ubicado en el barrio Alto Comedero, local vinculado a la explotación sexual, del cual su hija formaría parte.
Uno de los apuntados por Aramayo es Roberto Fontanet, acusado y procesado por presunta trata de personas con fines de explotación sexual en el año 2014 y quien además sería el dueño en ese momento del local nocturno.
Además, el padre de Romina apuntó contra el encargado de club y contra otra persona que trabajaba en la seguridad del local.
PRESUNTA COMPLICIDAD POLICIAL
Asimismo, Juan Aramayo sostuvo que el crimen de su hija no podría estar hasta el momento impune sin la complicidad de efectivos de la policía. Por ello, indicó que el oficial que se desempeñaba en ese entonces como Jefe de la División Trata de Personas y Leyes Especiales debería haber sido llamado a declarar, ya que según sostiene, el encargado del local de explotación sexual le comentó que la noche de la desaparición “Romina no pudo salir a trabajar porque no tenía autorización de la Brigada”.
En ese sentido, Juan Víctor Aramayo, manifestó que era paradójico que el caso lo investigue alguien que estaba involucrado en la trata y explotación sexual.
Además, sostuvo que entre las irregularidades cometidas por el fiscal Farfán durante la investigación, se encuentra su negativa en llamar a declarar a algún miembro de esa fuerza.
Por último, Aramayo deslizó las hipótesis por la que cree que asesinaron a su hija “yo creo que a Romina la quisieron obligar a vender droga y ella no entregó el dinero o bien quizá poseía un video comprometedor con alguien ligado al poder de turno”, finalizó.
