Esta última semana, esperada por los jujeños para conocer a los candidatos que competirán por cargos el próximo 9 de junio, se convirtió en una verdadera novela, más enrollada que los culebrones mexicanos.
Hasta el miércoles a última hora, nuestro medio informó sobre las principales listas de los nueve frentes que se presentaron.
Durante la mañana de ese día, referentes del P.J. citaron a conferencia de prensa teóricamente para confirmar un acuerdo entre dos frentes, ubicando a Julio Ferreyra y a Adrián Mendieta como candidatos a gobernador y vice de esa fuerza política.
Pero a pesar de las negociaciones con el ex director del Registro Civil, en ese momento no se pudo llegar a un acuerdo, y el anuncio quedó para la tarde.
Tras el vencimiento, ya durante el jueves cuando todos los trabajadores de los medios suspirábamos con la tranquilidad de tener la mayoría de los nombres de los frentes electorales, Julio Ferreyra, pateó el tablero y comenzó a circular el rumor del abandono de la candidatura.
El conocido ex funcionario, impulsado por la ciudadanía para la candidatura de gobernador, luego de la desprolija salida del gobierno de Gerardo Morales, armó su propio frente junto al dr. Vicente Casas, pero después decidió pactar con el viejo justicialismo para aprovechar la estructura y enfrentar al actual mandatario en su deseo de reelección.
Pero este pacto que colocaba a su hija en un sitio expectante de la lista de diputados provinciales fue cambiada durante el transcurso de la noche. Posteriormente, sus principales referentes tomaron cuenta del escándalo y lograron convencer a Ferreyra y respetar lo pactado para la lista de diputados provinciales.
Todas estas idas y vueltas, generaron un rechazo generalizado de la misma comunidad que había apoyado a Ferreyra para su candidatura.
Los ciudadanos jujeños entonces quedaron desconcertados, decepcionados y gritando una frase que se repite todas las elecciones: “siempre lo mismo”.
Esa idea, da vueltas por las cabezas de los votantes ya que se preguntan cual postura se impuso. Si la de Julio Ferreyra de poner condiciones para su candidatura o la de los dirigentes justicialistas de “usar” a esta figura emergente para conseguir cargos que garanticen impunidad y fueros.
A partir de allí nos surgen unas 1.500 preguntas. ¿ Será capaz Julio Ferreryra, en caso de ganar la gobernación de manejarse con independencia de las prácticas del viejo justicialismo ? ¿ Los patrones del P.J. respetarán las decisiones de Ferreyra al mando de la gobernación ? ¿ Los justicialistas trabajarán durante la campaña en pos de su candidato, o solo para alcanzar bancas de concejales y diputados ? ¿ Podría Julio Ferreyra como empleado del Estado desconocer las modalidades de clientelismo tan afines a ahora sus socios políticos ?
Algunas de estas dudas, encontrarán sus respuestas. El rey está desnudo y nadie se anima a decirlo. Pero en este momento de discusiones individualistas los jujeños nos jugamos cual será nuestro destino en los próximos 4 años. No lo olvidemos.
