Salud

¿Qué le pasa al cuerpo cuando dejás de fumar?

A medida que pasa el tiempo libre de humo, el organismo recupera la salud y los beneficios se sienten casi de inmediato.

26-02-2018 23:31

Fumar es uno de los peores hábitos que podés tener y abandonarlo no es sencillo. Hay muchos motivos que hacen difícil dejar el tabaco, pero ninguno que sea imposible.

El altísimo componente adictivo de la nicotina y la intensa dependencia física, social y psicológica hacen que durante las primeras semanas de abstinencia, los síntomas sean tanto físicos como mentales, y a ellos se les atribuyen los fracasos en el intento de abandonar.

Según el Ministerio de Salud de la Nación, el síndrome de abstinencia característico de la falta de nicotina incluye irritabilidad, somnolencia, fatiga, dificultad para concentrarse, trastornos del sueño, aumento de peso y urgencia de fumar.

La mayoría de estos síntomas alcanzan su máxima intensidad entre 24 a 48 horas luego del último cigarrillo y disminuyen lentamente en un período de 2 a 4 semanas.

Pero una vez que lográs abandonar el hábito, los cambios favorables en el organismo son casi inmediatos y la salud mejora de manera progresiva a medida que pasa el tiempo sin fumar.

BENEFICIOS INMEDIATOS

- A los 20 minutos: Bajan la frecuencia cardíaca y la presión arterial. La temperatura de manos y pies regresan a rangos normales.

- A las 12 horas: El monóxido de carbono en la sangre se reduce al valor normal.

- 1 día: Los niveles de ansiedad llegan al máximo y tomará dos semanas antes que vuelvan a la normalidad.

- 2 días: Las terminaciones nerviosas dañadas empiezan a regenerarse y los sentidos del olfato y el gusto se normalizan. La irritabilidad por la falta de nicotina llega a su más alto nivel.

- 3 días: El 90% de la nicotina ya fue sintetizada y eliminada a través de la orina. La ansiedad y ganas de fumar aumentan. El funcionamiento pulmonar comienza a mejorar.

- Una semana: Aparecerán episodios de fuertes deseos por fumar durante el día que pueden durar tres minutos cada uno.

- Desde las 2 semanas a 3 meses después: La circulación mejora y aumenta la función pulmonar.

- De 1 a 9 meses después: Disminuyen la tos, la congestión nasal, el cansancio y la dificultad para respirar; los cilios pulmonares vuelven a crecer y recuperan su función normal. Se puede manejar la mucosidad manteniendo los pulmones limpios, evitando infecciones.

- 1 año después: El riesgo excesivo de presentar insuficiencia coronaria se reduce a la mitad del que tienen los fumadores.

EFECTOS A LARGO PLAZO

- 5 años: Los riesgos de sufrir una hemorragia subaracnoidea disminuyen en un 59% con respecto a los de un fumador. En mujeres, las posibilidades de padecer diabetes son las mismas de quienes nunca fumaron.

- De 5 a 15 años: El riesgo de sufrir un derrame cerebral se reduce al nivel de una persona que no fuma.

- 10 años: El índice de mortalidad debido al cáncer de pulmón se reduce a casi la mitad del que afronta una persona que fuma. Disminuye el riesgo de contraer cáncer de la boca, la garganta, el esófago, la vejiga, el cuello uterino y el páncreas. Los riesgos de desarrollar diabetes, tanto en hombre como en mujeres, son los mismos que en quienes nunca fumaron.

- 15 años después: El riesgo de padecer insuficiencia coronaria es el mismo que el de una persona no fumadora. En el caso de las mujeres, los riesgos de morir por patologías asociadas al tabaquismo se equiparan a las de quienes nunca han fumado.

Ya sabés todo lo positivo que le genera al cuerpo dejar de fumar. Si querés dejarlo pero tenés recaídas, no te desanimes, la mayoría necesita más de una oportunidad para lograrlo. Volvé a intentarlo con más ganas y verás que podrás dejarlo y mejorarás tu vida.

Fuente: TN

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