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"Yiyo" Aparicio, jujeño campeón mundial de Kick Boxing sigue esperando el apoyo de su provincia

Estudia, trabaja y entrena. Enseña sobre los valores y pone de ejemplo su vida a niños que recibe en situación de calle. Está a la espera de la ayuda de su provincia. Conocé la historia de "Yiyo".

29-07-2019 08:28

Historias escondidas, de grandes actos, de grandes logros, que se siguen alimentando para llegar a lo más alto. El deporte, la calle, la enseñanza y valores de los padres, y principalmente el sacrificio los cimientos con los que Javier Aparicio formó la persona que es hoy.

Es jujeño, tiene 27 años, reside en Córdoba capital donde lleva a cabo su vida, y además posee una experiencia de vida muy dura. La calle, las peleas en los partidos de fútbol lo destinaron a aprender a defenderse y conocer el kick boxing. Ya cosechó su título nacional, sudamericano y mundial, y en busca de esa defensa, resalta la falta de apoyo que tiene por parte de su provincia.

¿Quién es Javier Aparicio? ¿Por qué "Yiyo" de apodo? "Es una persona humilde, que sacrificó muchas cosas para lograr lo que es hoy. Me fui buscando la vida, mi poder adquisitivo cuando llegué a Córdoba era muy bajo, tuve que trabajar mucho para juntar mi plata y abastecerme. Mis papás solo pudieron aguantarme un año y después juntábamos moneditas con mi hermana. Le decíamos a nuestros padres que estábamos bien y habían semanas que comíamos solo arroz, ni teníamos para el colectivo, nos íbamos caminando a todos lados" . Cuenta el campeón del mundo, sobre su intimidad.

Kick boxing: ¿cómo te iniciaste en esta disciplina? ¿Y en que se convirtió hoy para vos?" Cuando era chico, me gustaba jugar al fútbol, siempre me gustaron las peleas y lo que más me gustaba era pelear. En mi barrio, a los 9 años tuve una pelea con dos hermanos del vecindario que me agarraron y dejaron tirado (ríe)de ahí mi papá me mando a artes marciales para que aprenda a defenderme. Ahí fue que comencé a hacer kick boxing y a la vez fútbol".

"Me empezó a gustar mucho, a los 14 años ya quería pelear, competir y me subí al ring. Tenia que pelear amateur en Santiago del Estero, mi contrincante no fue y me tocó pelear profesional directamente. Perdí por puntos pero fue mi primer paso para no dejarlo nunca".

Las charlas con su papá siempre tuvieron significado para él. "Desde que comencé a practicar, me gustó tanto que le decía a papá quiero ser campeón mundial, y solo tenía 14 años". Soñaba en grande siendo tan pequeño,y nunca se dejó vencer.

A medida que pasaba el tiempo las responsabilidades eran mayores. Estudiar, entrenar, y trabajar. No dejó nada al azar: “Día a día me supero en lo que hago, de esto yo vivo, estudio Educación Física me queda poco para recibirme que es otro de mis objetivos, siempre pensando en ir más lejos”.

Uno de sus grandes sacrificios, fue inventarle una realidad en la que no vivía a sus padres. "Me acuerdo que en un momento mi papá me pidió que me vuelva a Jujuy porque ya no me podía mantener. Yo no quise saber nada, así que alquilé una terraza al aire libre donde empecé a tener mis alumnos. No tenía ni para el colectivo...salía de la facultad y me iba corriendo hasta el Barrio de Alta Córdoba para dar clases",el viviendo en Nueva Córdoba, barrios totalmente alejados.

¿Crees que esos sacrificios después los valoraste cuando pudiste ser campeón nacional y luego sudamericano y del mundo?

"Todo lo que hice me sirvió para darle a mis alumnos un ejemplo de mi vida y lo que pasé. Sé que no está bueno, pero les enseño a ellos lo que es el sacrificio, me hizo fuerte, nada es gratis y que hay que pelearla siempre”

Además de entrenar y enseñar, “Yiyo” realiza una importante tarea social en su gimnasio: “Tengo gente y alumnos que saco de la droga, de la calle, les doy una oportunidad, hablo con ellos los contengo y enseño deporte a la vez. También los ayudo a estudiar a los que no tienen posibilidades”.

Pero toda esa lucha, se fue traduciendo en grandes logros. Tiene su propìo gimnasio, esta a punto de recibirse como profesor de Educación Física, cosechó los tres títulos y ahora va por la defensa.

Sigo esperando que mi provincia, Jujuy, me reconozca como tal campeón que soy, en Córdoba me hice una persona conocida pero yo soy jujeño y llevo a mi ciudad con orgullo, solo espero algún día que me colaboren”.

SU MENTOR

"En el kick boxing fue Cristian Bosch mi profe de Buenos Aires, que fue el que me vio y me evaluó. Me vio pelear y le gustó mucho, me emociona mucho contarlo porque él es un ídolo y genio para mí, que me haya mirado fue algo increíble"

Lo curioso, es el regalo que le dio. “Me regalo su pantalón con el que ganó su primer título del mundo, y es con el que peleo en cada duelo que tengo, se me ríen porque me dicen que es muy feo pero es mi cábala y me da suerte”.

En diciembre del 2018, se consagró campeón mundial superando a Javier Lara en la Federación de Básquet, y ahora va por la defensa del título, pelea que está programada para el mes de septiembre u octubre con lugar a definir.

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