Hace algunos días, se convertía en viral la noticia de que una madre de una escuela de la localidad de San Martín, en la provincia de San Juan, le pedía a otra mamá que cambie de institución a su hijo con autismo porque "atrasaba a los chicos sanos".
A contramano de ese caso discriminatorio, la historia de Valentina es totalmente distinta ya que demostró que, con inclusión y solidaridad, se puede brindar una mejor calidad de vida a los niños con capacidades diferentes.
Valentina, tiene cuatro años y asiste al jardín de la Escuela N°173 “América del Sur” de la localidad de Puesto Viejo. En la institución docentes y directivos brindan la atención necesaria a la pequeña para ayudarla en su recuperación.
María Olarte, madre de Valentina, explicó que su hija padece de parálisis cerebral espástica pero los médicos le dijeron que "saldrá adelante" y que "tranquilamente puede asistir a una escuela pública".
“Al principio tenía miedo y pensaba que en la escuela no iban a recibirla, pero no hubo ningún problema”, expresó la María y agradeció que la directora de la institución lograra que se construyan rampas de acceso para las sillas de ruedas.
“El año pasado luché mucho porque las escaleras impedían que podamos acceder a la escuela con facilidad”, indicó la mujer y también se refirió a la trafic de transporte que debía proveerle la Comisión Municipal de Puesto Viejo.
“El tema de la trafic fue toda una lucha porque desde la Comisión Municipal me negaban el acceso al transporte que necesitábamos para trasladar a Valentina a Perico. Siempre me decían que el vehículo estaba en el taller o que no tenía combustible”, manifestó María Olarte e indicó que después de tocar numerosas puertas para buscar una solución, logró que un vehículo pueda trasladar a su hija hacia los consultorios de los especialistas.
Por otro lado, la madre de la pequeña sostuvo que si bien, una vez por semana una fisioterapeuta trata a su niña, Valentina necesita de una atención constante para que pueda aprender a realizar más movimientos.
“Mi hija saldrá adelante, le hace bien venir a la escuela y compartir son sus compañeros”, finalizó.
EL COMPROMISO DE LA ESCUELA
Por su parte, Noemí Centurión, docente de la Sala de 4 años a la que asiste la menor sostuvo que las niñas del jardín interactúan con Valentina y que a medida que pasan los meses avanza en la recuperación.
“Valentina empezó a jugar y a mover los brazos y las manos. También ahora puede decir sí y no. Pero ella necesita el tratamiento de una fonoaudióloga porque nosotros aquí le podemos dar una atención pedagógica pero hay cosas que desconocemos”, expresó.
La directora de la institución también resaltó el compromiso de la docente y el amor del papá y la mamá de Valentina.
“La maestra tiene un compromiso enorme e incluso averigua cosas que no sabe para tratar a Vale y para suerte de la niña también sus padres son personas totalmente comprometidos con su niña. La aman, miman y cuidan mucho”, finalizó.
