El incendio que comenzó en la zona de las Yungas jujeñas el 8 de septiembre consumió en menos de una semana más de 6.000 hectáreas. El impacto negativo en la zona es innegable y hay preocupación por la situación a la que se enfrentarán los productores.
Félix Pérez, secretario de Coordinación de Agencias de Desarrollo, dialogó con"> La Primera Hora AM630-LW8 y aseguró que esto genera pérdidas y proyectan cerca de 1.500 hectáreas productivas consumidas.
Pérez explicó que la falta de agua en la zona y los incendios no solo acaban con producciones, sino que también afectan a las que no fueron alcanzadas por el fuego. “Esto da una naranja, pero una naranja sin el volumen que tendría que tener, sin gusto o sin jugo. Eso pasa a descarte”, sintetizó.
Te puede interesar: Lucha contra los incendios en Jujuy: evacuaron a brigadistas con helicópteros
Por otra parte, el funcionario aseguró que esta situación sobre el sector productivo afecta directamente a la provisión que tienen los consumidores para la compra de vegetales y también a los precios.
Según los cultivos que hay en la zona afectada, los cítricos y el tomate serían los principales perjudicados por el estrés hídrico y el alcance del fuego.
Problemas hídricos
El funcionario explicó que la sequía se da en toda la provincia de Jujuy con especial énfasis en la región de Yungas y Valles. “Los productores están sufriendo una crisis terrible, no llovió lo necesario para sostener aguas vertientes y consecuentemente, los ríos han crecido menos”, sostuvo.
Por otra parte, Pérez especificó que el mal uso del agua por parte de las personas afecta considerablemente a la provisión hídrica en general.
También te puede interesar: La multa máxima por provocar incendios roza el millón de pesos en Jujuy
Haciendo un análisis de la infraestructura hídrica y de las inversiones futuras, Pérez señaló: “Tenemos que ver el tema, tanto con sistemas de captación subterránea, ojos de agua o bien, la captación área de ríos para mejorar el sistema y el traslado de acueductos”. Asimismo, comentó que actualmente trabajan con técnicos y geólogos para determinar perforaciones y mejorar acueductos.
Además, Pérez remarcó que la imposibilidad de almacenar el agua o de no planificarlo como una medida contra la sequía, hace todo más difícil.
