En el marco del 8° aniversario del Centro Cultural “Héctor Tizón”, en la noche del jueves presentaron las esculturas de “Las Lavanderas” que están localizadas en el Parque Xibi Xibi.
Con el objetivo de homenajear a aquellas mujeres que formaron parte de la historia de Jujuy, el intendente, Raúl Jorge, en compañía del gobernador, Gerardo Morales, dejaron exhibidas las obras realizadas por el artista Marcelo Pont.
Posteriormente, se llevó a cabo en inmediaciones del Parque un atractivo show musical con la presencia de artistas locales en el contexto de la Fiesta de la Danza.
HISTORIA DE LAS LAVANDERAS
Décadas atrás, en las afueras de la ciudad de Jujuy, las lavanderas acostumbraban a realizar su trabajo en las orillas del río Chico o Xibi Xibi.
Se ubicaban en rueda y lavaban canastos de ropa que ponían a secar sobre las piedras donde cada una tenía un sitio adjudicado por la costumbre; desafiar el hábito jurisdiccional podía provocar grandes trifulcas entre las trabajadoras.
Hace casi un siglo, precisamente en el año 1912, el gobierno provincial construyó en la banda derecha del Río Chico un lavadero, con el propósito de que la gente-mujeres en general-, tengan un lugar cómodo y a resguardo de las inclemencias del tiempo, para lavar la ropa, tarea que efectúaban para las familias más pudientes de la ciudad. La Municipalidad por aquel entonces, se hizo cargo del local y llamó a concurso de antecedentes para designar una encargada a sueldo del local mencionado.
Las lavanderas del Río Chico, jamás aceptaron de buen grado ser desalojadas de la playa, para ubicarlas en un local higiénico, bajo todo concepto, que se les dio en el edificio de prolongación de la calle La Madrid (actual Centro Cultural Héctor Tizón)
Sus protestas se exteriorizaron por encontrar -según ellas-, que no había sitios convenientes para hacer secar la ropa lavada. Con toda paciencia el Intendente tomó diferentes medidas para adecuar a este afán un terreno lindero, donde no contara con inconveniente alguno para cumplir con el reclamo de estas mujeres.
Con el tiempo, el edificio tuvo diferentes destinos, pero para la gente continuó siendo «La casona de las lavanderas».
Un siglo más tarde, el intendente capitalino, Raúl «Chuli» Jorge, recicló el viejo edificio, sin destruir su aspecto exterior, convirtiéndolo en un espacioso Centro Cultural apto para recitales, presentaciones de ballet, obras de teatro, muestras de artes plásticas, y hasta cobija un café que desde el primer día se llenó de gente joven cargada de libros de autores jujeños.
