Aunque en varias de ellas no mereció la derrota, sabemos que el fútbol no vale de merecimientos, sino de quien hace más goles.
Hagamos un repaso de lo que fueron los cinco partidos en los que no pudo cumplir el objetivo de los 32avos, desde el año 2011.
Justamente dicha edición, el Lobo se trasladó hacia Resistencia, para jugar ante Sarmiento, con Calderón como técnico. La mala suerte arrancaba en esta primera participación, ya que a los 81', Cañete del conjunto de Junín, marcó el gol de la victoria y dejó afuera a los jujeños, que tuvieron un buen partido.
La segunda, fue en Tucumán, ante un clásico como Atlético. Fue 2 a 2 en los noventa minutos, y en la tanda de penales, el conjunto dirigido por Mario Gómez, fue eliminado.
La número tres, una de las más complejas por el momento en el que pasaba Gimnasia con el promedio de la B Nacional, el santafesino Siacqua, optó por poner un equipo alternativo ante Estudiantes de Caseros, de una categoría menor, y claramente los frutos no fueron buenos. Una vez más los penales eran el peor enemigo del lobo.
En el año 2015, viajó a Formosa para medirse ante Tigre. En el desarrollo del partido, el Gimnasia de Sebastían Méndez fue superior al conjunto de Buenos Aires. Pero a ocho minutos del final, el experimentado “Chino” Luna, marcó el gol que amargaría a los del norte, quedándose con las manos vacías.
En la última, le tocó otro equipo de primera, Olimpo de Bahía Blanca. Nuevamente teniendo a Mario Sciacqua como conductor del equipo, la historia parecería que podía cambiar. El buen presente del Lobo se notó en la cancha, ya que produjo mucho más de lo que dieron los de Bahía Blanca. El 1 a 1, los llevó a los penales, y claramente saben cómo terminó.
Este domingo a las 18 horas habrá una nueva oportunidad, con Martin Astudillo a la cabeza, un equipo renovado, reforzado, con protagonismo juvenil, y según manifestaron los actuales jugadores, mucha fe para lograrlo. Un rival de la misma categoría como Almagro, que no ha arrancado bien su pretemporada, ya que ha sufrido la salida de muchos de sus jugadores, el cambio de técnico, y otras circunstancias ayudan a pensar en positivo.
¿La presión de ganar, es fuerte? Claro que sí. Es deberle algo al hincha, algo que nunca se alcanzó, ni en los 90' ni en los penales. La clave es la concentración, la confianza, la fortaleza grupal y sin dudas tener esa cuota de suerte que no se tuvo en ninguno de los anteriores encuentros.
¡Hasta llegó a hablarse de una maldición! Se preguntaban cómo era posible no pasar de ronda, ya que en varias de ellas estuvo muy cerca. Ahora será cuestión de poner todos los condimentos necesarios, y con un plus: La Copa Argentina entrega un gran monto de dinero para el club, al superar cada rueda. Gimnasia debe, tiene esa obligación de ganar para ver la copa desde adentro...
