Política

Elisa Carrió por primera vez furiosa contra el presidente Macri

La diputada de la Coalición presiona al Presidente. Dice que perdió la confianza y quiere a Garavano lejos del Gobierno. Los plazos que le puso a la Rosada.

07-10-2018 10:16

Carrió le aseguró que sabe que “un sector del Gobierno sostiene y opera para garantizarle la impunidad a Cristina Kirchner para que no le quiten los fueros y vaya presa" y agregó "yo sé quiénes y cómo trabajaron desde el poder para que Carlos Menem termine absuelto por el caso Armas, es un escándalo”, expresó.

La diputada habló marcando un límite, el más firme que de los que hasta ahora había hecho públicos sobre su vínculo con algunos de los hombres del Presidente: “No fundamos Cambiemos para que la República vuelva a sufrir la impunidad impulsada desde el poder. Noooo. No contará conmigo para hacer esas cosas”. Y agregó, algo enojada, pero también con alguna afinación que podría emparentarse con un lamento: “Le pido al Presidente que revea esta situación. Perdí la confianza. Mi decisión tomada. Si esto no cambia, a fin de año mi relación con Cambiemos se torna irreversible”. Esa “decisión”, dijo, deberá ser expresada por su partido, la Coalición Cívica.

La prudencia respecto a acontecimientos que considera inadmisibles ya no está en su discurso.

Macri solía calmar las escaladas de Carrió contra alguno de sus funcionarios llamándola por teléfono o invitándola a almorzar o cenar.

Este novedoso y profundo conflicto no solo se generó porque ella impulsará en el Congreso un pedido de juicio político contra el ministro de Justicia, Germán Garavano, a quien acusa de haber hablado en una radio para dejar asentado que está en contra de la detención de la senadora aforada Cristina Fernández en ese expediente que le quema a la política de forma transversal, y a parte del poder económico.

Garavano le bajó la tensión a esa controversia con Carrió y explicó que solo había hablado en general de lo malo que es para un país que “un expresidente vaya preso”, y que además expresó que estaba en contra de que posibles autores de delitos pasen el proceso de instrucción de sus causas en la cárcel bajo la figura de “prisión preventiva”.

Carrió no le cree al ministro.

Lo que no hizo público hasta ahora, y que también es motivo de su desazón y enojo con “sectores” del Gobierno, son otras consecuencias internas que para ella son producto de la investigación de los “cuadernos K”.

El diario Perfil reveló que esta semana fueron despedidos de sus cargos funcionarios de carrera de la Afip, todos denunciantes de la corrupción K, y algunos de ellos involucrados en las causas judiciales que podrían complicar en el ámbito procesal a una ex empresa de la familia Macri, la constructora Iecsa, y en particular a su último dueño, le primo hermano del Presidente, Ángelo Calcaterra, “arrepentido” en la causa “cuadernos” y también investigado por sus negocios con la brasileña Odebrecht.

El lunes, Carrió se reunió con Leandro Cuccioli en la Afip. El funcionario estaba acompañado de la subdirectora general de coordinación técnico institucional, Jimena de la Torre. Según tres fuentes que conocieron que pasó en ese encuentro, Carrió le explicó a Cuccioli sobre la valoración del trabajo que cumplían en la Afip el titular de la DGI, Horacio Castagnola, y subdirector general de operaciones, Jaime Mecicovky.

Carrió le dijo que a Cuccioli que tenía las mejores referencias sobre él, pero que le pasaba lo contrario respecto a su subalterna De la Torre, a la que vinculó con imputados en el caso de los “Cuadernos K”.

El jueves, Cuccioli decidió despedir a Castagnola y Mecicovsky. Ya no trabajan en la Afip.

Para que la ex presidenta termine en prisión después del procesamiento en el caso “cuadernos K”, la Cámara Federal debe avalar el auto de procesamiento dictado por el juez federal Claudio Bonadio donde el magistrado dice tener probado, prima facie, y gracias a pruebas muy concretas (declaraciones de arrepentidos, documentación secuestrada en allanamiento, escuchas telefónicas, videos, entre otras), que la ex Presidenta lideró una asociación ilícita para recaudar desde el Estado dinero de la corrupción, que recibió además dádivas y coimas.

Ese procesamiento fue apelado por el fiscal del caso, Carlos Stornelli, un escrito que firmó además su colega Carlos Rivolo, donde disintieron en la calificación de delitos que el magistrado tomó sobre algunos imputados, pidiendo que se los involucre de forma más severa en los hechos investigados. Y, sobre todo, donde dejaron asentado que la senadora aforada Cristina Fernández recibió 901 pagos de coimas. Para los fiscales, entonces, ella fue coautora pasiva del cobro de esas casi mil coimas.

“¿Para que luchamos por la verdad, y arriesgamos la vida? Nos da asco moral y nos aleja de estos personeros del Gobierno y la Justicia”, se queja Carrió, que también le hará juicio político a los camaristas que absolvieron a Menem.

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