Una mujer de 22 años que pensó que tenía dolor de estómago solo supo que había dado a luz a un bebé cuando vio "dos pequeños pies que sobresalían del inodoro". La impactante historia es tan difícil de creer que se hizo viral.
Lucy Jones, una asistente de vuelo oriunda del Reino Unido, restó importancia al problema como un dolor de panza o menstrual después de sentirse mal en marzo. Sin embargo, mientras descansaba en la cama a la mañana siguiente, la barriga de la joven se "volteó" y corrió hacia el baño.
Fue entonces que escuchó una suerte de "golpe", miró hacia abajo y se llevó la sorpresa de su vida: descubrió al bebé que no sabía que estaba teniendo.
MADRE PRIMERIZA
La joven madre primeriza contó que quedó "aterrorizada" debido a que no tenía idea de que estaba esperando un hijo. Juró que jamás los meses previos había tenido síntomas, que venía tomando anticonceptivos a diario y todavía tenía períodos.
De hecho, lo que resulta más extraño todavía, es que afirma que se sometió a un examen médico cuando tendría ocho meses de embarazo, y dos pruebas de embarazo resultaron negativas.
Para justificar su desconocimiento, incluso revela que trabajó 70 horas a la semana, bebió con frecuencia y fue a discotecas unas 15 veces durante su embarazo, incluso tres días antes de dar a luz.
A pesar de que su hija Ruby, que ahora tiene cuatro meses, "llegó mágicamente" y sin previo aviso, Lucy dijo que se ha llevado a la maternidad como un "pato al agua" y que no cambiaría nada por nada del mundo.
Lucy, vecina de Bristol, dijo: "No tuve ningún bulto, ninguna enfermedad y tenía un período todos los meses".
Y repite: "Debido a mi nuevo trabajo como tripulante de cabina, me hicieron pruebas de embarazo que dieron negativas".
"El médico presionó todo mi estómago y mi cuerpo, y no sospechó nada. Todavía estaba tomando la píldora. La tomaba todos los días y la había hecho durante seis o siete años", expresa quien recibió su certificado de aptitud para volar un mes antes de dar a luz.
SUBA DE PESO Y DOLORES DE PANZA
La mujer cuenta algunos cambio que experimentó, pero que de ninguna manera le llamaron la atención. "Subí una talla de vestido después de Navidad y luego volví a bajar, y lo atribuí a comer y beber mucho", ejemplifica según difunde Mirror.
Lucy cuenta que trabajaba muchas horas como gerente de un pub y tuvo su último turno solo diez días antes de tener a Ruby.
"Hice un entrenamiento de una semana (para tripulante de cabina), llegué a casa durante dos días y fue entonces cuando llegó mágicamente", suma como testimonio a su fantástica historia.
Le dolía la barriga y la espalda la noche anterior, pero debía tener mi período al final de la semana. Se despertó por la mañana, se bañó y pensó en dormirse antes.
"Estuve en la cama durante unos 45 minutos y se me revolvía el estómago, es la única forma en que puedo describirlo. Además sentí que necesitaba hacer caca", explica. Y remata: "Corrí al baño y di a luz a mi hija sola en el baño de mi casa. Escuché un golpe, miré hacia abajo y vi dos pies en el inodoro".
SORPRESA FAMILIAR POR EL PARTO
Lucy envolvió a su hija en una toalla antes de colocarla en la pileta de la cocina. Como estaba sola, llamó de inmediato a sus padres, quienes 10 minutos más tarde ya estaba en la casa. También a una ambulancia mientras iban de camino.
"Estaba gritando histéricamente diciendo 'hay un bebé' y esperaban que hubiera un aborto espontáneo, no una bebé de 3 kilos 100 gramos. Quedé en shock, estaba aterrorizada", continúa la británica.
Afirma que cuando sus padres entraron por la puerta, todo se volvió un poco borroso porque la conmoción se apoderó de ella. Y revela una imagen impactante: "Papá describió la cocina como la escena de un crimen por la sangre que había. Llegaba a la pileta, la puerta y hasta la heladera".
Poco después de que llegaran los paramédicos, Lucy fue llevada al hospital en una ambulancia. Y recién tomó conciencia de la situación cuando despertó a las 13 en el hospital.
CONTACTO CON SU BEBÉ
Lucy también contó sus sensaciones en ese momento tan íntimo como mágico: "Abrazarla correctamente por primera vez se sintió raro. Había sostenido bebés, pero nunca los míos".
Su papá llamó a la familia y cuando les contó a todos se hizo un silencio en el teléfono, nadie podía creerlo. Ni siquiera ahora que pasó el tiempo terminan de comprender lo sucedido.
"Es una de las historias sobre las que lees, pero nunca piensas que pueden ser real. Y mucho menos, que le sucedan a una", concluye. Y tiene mucha razón.
Fuente: Clarín.
