Internacionales

El incendio en el Amazonas pone a Brasil contra el mundo y acorrala al gobierno de Jair Bolsonaro

El gobierno brasileño busca enfrentar la creciente presión internacional sobre la destrucción en el mayor bosque tropical del mundo. Duro cruce con el gobierno francés.

Bolsonaro-fire-e1566505337820
Bolsonaro-fire-e1566505337820

23-08-2019 13:25

El presidente Jair Bolsonaro dijo el viernes que puede enviar militares a la Amazonia para ayudar a contener la destrucción del mayor bosque tropical del mundo, que registró hasta el día 20 de agosto 1.000 focos de fuego por día. El desastre provocó una gran cortina de humo en América del Sur y alarma internacional, con llamados de los líderes de Francia y Alemania a tratar la crisis ambiental en la cumbre del G7 este fin de semana.

Bolsonaro indicó que “la tendencia es esa”, enviar soldados a la región, mientras el gobierno prepara medidas para identificar y combatir los focos de fuego para “preservar la defensa de la selva amazónica, patrimonio nacional”, según informó el Palacio del Planalto.

La breve declaración de Bolsonaro fue realizada tras mantener en la noche del jueves una reunión de urgencia con ministros en la que trató la crisis ambiental, en una semana en la que culpó a ONGs por los focos de fuego en la Amazonia y acusó, también, al presidente de Francia, Emanuel Macron, de tener “mentalidad colonialista” por su propuesta de tratar la cuestión amazónica, que calificó como una “emergencia internacional”, en el ámbito del G7, sin participación de los países de la región.

“Lamento que el presidente Macron busque instrumentalizar una cuestión interna de Brasil y de otros países amazónicos para beneficios políticos personales. El tono sensacionalista con el que se refiere a la Amazonia (apelando hasta a fotos falsas) no contribuye en nada para la solución del problema”, dijo Bolsonaro.

Entre tanto, Finlandia, a cargo de la presidencia rotativa de la Unión Europea (UE), condenó la destrucción de la Amazonia y llamó al bloque a restringir las importaciones de carne vacuna desde el mayor exportador mundial. “El ministro de Finanzas Mika Lintila condena la destrucción de la selva amazónica y sugiere que la UE y Finlandia deban urgentemente tratar la posibilidad de vetar las importaciones de carne vacuna brasileña”, dijo en una nota el Ministerio de Finanzas de Finlandia. Brasil exportó carne vacuna por 6.570 millones de dólares en 2018.

El general Eduardo Vilas-Boas, un ex jefe del Ejército de Brasil y asesor gubernamental que tiene un amplio ascendente en esa fuerza militar, dijo en Twitter que “con una claridad difícilmente vista, estamos asistiendo a un país europeo más, esta vez Francia, por intermedio de su presidente Macron, realizar ataques directos a la soberanía brasileña, que incluye, objetivamente, amenazas de uso de poder militar”. A su vez, Eduardo, uno de los hijos de Bolsonaro y presidente de la Comisión de Relaciones Exteriores de la Cámara de Diputados, publicó un tuit con un mensaje que trae un video con el título "Macron es un idiota".

París respondió el viernes acusando a Bolsonaro de mentir sobre sus compromisos con la defensa del ambiente en la última cumbre del G20, en Osaka.

El jefe de Gabinete de Bolsonaro, el ministro de la Casa Civil, Onyx Lorenzoni, en declaraciones al portal Poder360 pidió a Francia ocuparse de la Guyana Francesa y aseguró que los incendios en la región que alberga 10% de la biodiversidad conocida en el planeta “están ocurriendo en un nivel equivalente al del promedio de los últimos 15 años”.

Pese a eso, Lorenzoni dejó claro que el gobierno busca identificar a responsables por los incendios y castigarlos de manera ejemplar, ya que dijo que no es cómplice de la deforestación ilegal del enorme bosque tropical.

Los incendios registrados en la Amazonia están concentrados en los municipios que tuvieron las mayores áreas deforestadas, según datos del Instituto de Pesquisa Ambiental de la Amazonia (IPAM). Esas ciudades son responsables por 37% de los focos de calor este año y por 43% de la deforestación verificada hasta julio. Los incendios son considerados el proceso final de la deforestación y sirven para la limpieza de áreas que luego se destinarán al pastoreo o, en menor medida, a cultivos.

El gobierno, en tanto, distribuyó un documento el viernes que promete más polémica en el que aseguró que Brasil es referencia mundial en el combate a incendios forestales y que esos incendios “no están fuera de control”. Además, recordó que casi todos los focos registrados en el 2019 son de nivel 1, el más bajo en una escala de 1 a 3 y que unos 2.400 brigadistas fueron puestos a disposición de los gobiernos de estados amazónicos para combatir los incendios, que ocurren todos los años en razón de la estación seca que coincide con el invierno austral.

La situación viene creando problemas para Bolsonaro, quien antes de asumir contempló eliminar el Ministerio de Medio Ambiente y fusionarlo con el de Agricultura y luego, dejando de lado esa idea, nombró como ministro a Ricardo Salles, amplia y permanentemente cuestionado por ambientalistas.

Según el gobierno, Brasil, que pasó en las últimas décadas de importador a gran exportador de alimentos, logró conciliar mayor productividad agropecuaria con preservación, al incrementar su producción en más de 350% en un área apenas 33% mayor. También afirma que un 60% de su territorio, en el quinto país más extenso del mundo, está cubierto por vegetación nativa protegida.

La presión internacional, sin embargo, viene creciendo. Alemania y Noruega congelaron el mes pasado el llamado Fondo Amazonia, que financiaba proyectos para preservar la selva, en protesta por el aumento en la deforestación del bioma. Manifestaciones en Londres, Berlín, Dublín, Madrid y París reclamaron el viernes la protección de la Amazonia y protestaron por las políticas ambientales del gobierno de Brasil, mientras se agita la posibilidad de represalias comerciales por la situación ambiental.

Los incendios en la Amazonia brasileña aumentaron un 84% entre enero y agosto respecto al mismo período del año pasado, un ritmo que se incrementó en las últimas semanas. Según datos del Instituto Nacional de Pesquisas Espaciales (INPE), un organismo estatal cuyos datos fueron cuestionados por Bolsonaro, la Amazonia tuvo hasta el 20 de agosto 23.000 focos de incendio. El número es menos de la mitad del récord registrado en el 2005, con 51.457 focos, con la diferencia de que este mes no presentó un clima extremamente seco, lo que contribuye a esparcir los incendios.

Por esa razón, organizaciones ambientalistas como WWF Brasil y Greenpeace afirman que el fuego es provocado intencionalmente para deforestar la selva. En la región, según distintas mediciones, el corte de árboles creció entre 66% y 278% en julio.

La región amazónica ya sufrió un acelerado grado de destrucción en el primer semestre, cuando perdió por deforestación 2.273 kilómetros cuadrados, un área equivalente a 11 ciudades como la de Buenos Aires o 318.000 estadios como el Maracaná.

Temas relacionados Internacionales Principal