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Colectivero y héroe: ayudó a una pasajera a dar a luz y la llevó hasta el hospital

El chofer le pidió a los demás pasajeros que se bajaran y siguió viaje. Pero la nena nació en el camino.

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10-02-2019 09:25

Carlos González es chofer del interno 811 de la 383 de Florencio Varela. Tiene 46 años. Y a partir de ahora es conocido como “el héroe” de la línea.

El sábado 26 de enero iba a ser -él creía- una jornada más de trabajo arriba del coche. Pero las cosas se dieron de un modo imprevisto y terminaron de la mejor manera: Carlos ayudó a una pasajera a dar a luz arriba del colectivo.

El día empezó como siempre, era temprano y estaba fresco. En la parada de Los Laureles y El Cardenal, barrio Malvinas, subió una mujer con su esposo. Sacaron pasajes para ir hasta la UPA 11. Pero al verlos subir, el conductor, padre de cuatro hijos y abuelo de cinco nietos, se dio cuenta de que tal vez no llegarían.

“Ella subió muy dolorida. Cuando su marido la ayudó a sacar el boleto yo le dije que la notaba muy descompuesta, que cualquier cosa me avisara y si se sentía muy mal seguíamos directo al hospital”, recuerda Carlos.

Y agrega: “Después de cuatro paradas me di cuenta de que ya se sentía muy mal. Así que puse el colectivo fuera de servicio y les avisé a los demás pasajeros que iba a seguir hasta la UPA”.

Se bajaron todos excepto dos: una mujer y un enfermero que se quedaron para ayudar si era necesario.

Cuando llegaron, Débora Serrano, la inminente mamá, se encontró con la noticia de que en la UPA no estaban autorizados para trasladarla hasta el Hospital Mi Pueblo.

Carlos no dudó y rápidamente decidió que seguirían viaje hacia allá. Pero no hicieron a tiempo: la beba ya estaba naciendo.

“Le vimos la cabecita saliendo. Entonces le dijimos a la señora que si notaba que la nena quería salir no esperara a llegar. Justo en ese instante la señora respiró tres veces y la bebé nació”, relata.

El viaje continuó con una pasajera más. Débora y su hija recién nacida fueron en colectivo hasta el Hospital de Florencio Varela junto a Luis, el flamante papá, y aquellos dos pasajeros que se habían ofrecido para acompañarlos.

El enfermero cortó el cordón umbilical. “Íbamos todos felices, llorando como criaturas, fue muy emocionante. Bajé corriendo para avisar lo que nos había pasado y nadie podía creerlo. Fue como un milagro: salieron todos detrás mío para ayudar. El partero subió y le dijo a la señora que era muy guapa y a la bebé, que era igual que su mamá una leoncita”, cuenta emocionado Carlos.

"Entré y la vi, estaba hermosa con su mamá y su papá Luis. Me dio mucha felicidad haberlos ayudado”, confiesa. Y agrega: “Llegué y el policía que estaba de guardia me reconoció como el chofer que ayudó a la pasajera. Lo mismo me pasó con los médicos que estaban, todos me felicitaban y me dejaron pasar a verla”.

Carlos siguió yendo a Mi Pueblo cada tarde, y después, a la casa de Débora y Luis. Ahora, además de hijos y nietos tiene una ahijada nueva que se llama Cielo Alba. “Les pedí que fuera mi ahijada y me dijeron que sí. Todos los días paso a visitarla. El otro día le regalamos una camita, trato de darles todo lo que puedo. Son una familia humilde y necesitan ayuda”, explica.

Lo que siente lo define en una frase: “Se lo dije a mi mujer:esa criatura me robó el corazón”.

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