por El hombre de traje y sombrero relata casi susurrando con voz cavernosa historias como poesías. Con melodías e instrumentaciones simples, esas historias se vuelven canciones. Ese hombre fue Leonard Cohen, uno de esos poetas músicos que ayudaron a que estas dos disciplinas, poesía y música, se fundan, olviden sus límites.
El cantautor canadiense hablaba del amor, de la bohemia, con una sensibilidad propia que hacía que lo más mundano se eleve a otros planos. Sensibilidad aprendida quizá de la vida y ejercitada en su vasta obra. Además de viajar por los terrenos de la música, incursionó también en la literatura, con más de una decena de libros de poesía y novelas publicados.
A los 82 años, el que parecía incansable dejó este mundo. Fue en noviembre de 2016. Dos semanas antes había publicado su último disco, "You Want it Darker" (2016).
Hoy, a casi seis años de su partida, y después de algunos intentos fallidos de homenajear su obra, el músico y productor Larry Klein se propuso rendir tributo a su amigo.
El multiinstrumentista juntó a talentosísimos músicos de jazz con cantantes de distintos géneros y grabó "Here It Is: A Tribute to Leonard Cohen" (2022). El disco publicado por el sello Blue Note, reúne canciones del poeta, versionadas con exquisitos arreglos de jazz.
El disco abre con la inconfundible voz de Norah Jones, que hizo propia la canción Steer Your Way y le imprimió esa delicada fusión de folk y jazz que la caracteriza. Le sigue la casi irreconocible voz de Peter Gabriel, que en su versión de Here It Is acercó su registro a los tonos graves de Cohen.
Gregory Porter y Sara McLachlan le aportan altas dosis de emotividad a dos canciones que son quizás las más populares de Leonard: Suzzane y Hallelujah. Destaca también la interpretación de Coming Back to You, a cargo de James Taylor, que junto a la guitarra de Frisell crean una atmósfera íntima y con toques de folk.
En You Want it Darker pareciera que se trata de la propia voz de Cohen interpretando el tema que dio nombre a su último disco. Sin embargo es nada más ni nada menos que Iggy Pop y su voz de ultratumba. (Quién hubiera pensado que dos carreras que comenzaron en terrenos tan diferentes como el punk rock y la canción sensible, en algún momento se fueran a cruzar).
Todo el disco está atravesado por la atmósfera que se crea a partir de la interpretación de los músicos que integran la banda estable. El guitarrista Bill Frisell, Immanuel Wilkins en el saxo, el pianista Kevin Hays, el bajista Scott Colley, y el baterista Nate Smith. Se suman también los aportes de Greg Leisz en la guitarra de pedal y Larry Goldings en el órgano.
Un disco que se disfruta de principio a fin. Donde sea que esté ahora el hombre del traje y sombrero, seguramente estará esbozando una sonrisa.
HERE IT IS: A TRIBUTE TO LEONARD COHEN
