POLÍTICA
por En el mundo del espectáculo la belleza genera brillo, pero el talento es el factor definitivo que siempre garantizará la permanencia en el negocio. Es por esta razón que el caso de Fátima Florez resulta muy particular: tiene belleza, talento para el baile, el canto, la actuación y el humor, pero su don camaleónico para encarnar a reconocidas figuras de la vida pública nacional y hasta estrellas internacionales es lo que la distingue del resto.
Se cree que en su repertorio artístico, Fátima puede encarnar al menos cien perfiles distintos. Todos ellos, como resultado casi dos décadas de experiencia entre el teatro y la TV.
Fátima Florez, la imitadora más reconocida del país y las mil y un caras de su carrera artística
Desde divas indiscutibles como Moria Casán, Susana Giménez o Mirtha Legrand, estrellas de talla internacional como Shakira, Madonna y Xuxa o mujeres políticas como Cristina Fernández y Eugenia Vidal, su capacidad no parece tener límites ni siquiera de género. De hecho, hace semanas sorprendió al demostrar que podía meterse en la piel de su propio novio, el candidato presidencial Javier Milei.
Sin embargo, una carrera de éxitos conlleva por defecto a ciertos escándalos inevitables. Fátima cosechó en su camino algunas diferencias con varias de sus fuentes inspirativas, como Moria Casán y Silvia Süller, quienes en el último año amenazaron con demandarla por el uso no autorizado de su imagen. Solo la Justicia sabrá resolver estas “diferencias irreconciliables” a nivel creativo.
Sin embargo, la mayor polémica que envuelve a Fátima en la actualidad no proviene de sus diferencias “laborales” sino de su vida sentimental. Tras disolver su matrimonio con el productor Norberto Marcos, la humorista sorprendió a propios y extraños cuando inició una relación con el libertario Javier Milei. Lo cierto es que esta nueva exposición mediática que logró la extraña simbiosis entre la política y el humor, también genera otro tipo de interés.
Fátima Florez y algunos datos de su biografía
Su nombre verdadero es María Eugenia Flórez. Nació el 3 de febrero de 1981 y es oriunda de Olivos. Hija de un arquitecto y una profesora de geografía, Fátima tiene una hermana mayor, con quien se lleva dos años de diferencia. Su capacidad histriónica afloró desde muy pequeña, cuando comenzó a imitar a su profesora del 5to grado, Norma Kauffman, de quien se dice, tenía cierta particularidad al hablar que supo captar de inmediato.
Consciente de su don para lo artístico, se anotó en clases de baile, canto y actuación y a los 17 ya trabajaba como bailarina y asistente de coreografías, pero nunca dejó de personificar. De hecho, su primer personaje conocido, fue la conocida presentadora brasileña Xuxa.
A sus 20, Fátima participó en varias obras dirigidas por Pepe Cibrián Campoy y gracias a ello viajó por primera vez a Perú, donde conoció a Norberto Marcos. Ambos coincidieron durante su participación en el ciclo La Paisana Jacinta y pronto comenzó su noviazgo. A puertas cerradas, Marcos supo reconocer el talento de la joven para imitar y según cuenta, fue él quien le sugirió el nombre artístico “Fátima”, por su devoción a la vírgen que lleva este nombre.
Con su identidad artística definida, la polifacética conquistó espacios en el teatro y la televisión nacional desde el año 2005, cuando se unió a Carlos Perciavalle para dar vida al espectáculo Revivamos el Concert. A partir de allí, su habilidad para encarnar distintos roles en la actuación, le permitió hacerse espacio en el mundo del entretenimiento y adueñarse de los distintos públicos.
