Todavía estamos celebrando la Pascua.
Y Mayo es un mes especial para nuestra Patria, puesto que celebramos la Revolución de
Mayo.
¿Qué tiene que ver uno y otro? Se nos ocurre lo siguiente:
LA PASCUA
Pascua significa “paso”, el paso de la muerte a la vida, el paso de Cristo Resucitado en nuestra
vida, el “paso” del pecado a la gracia.
Pero no hay Pascua sin cruz, sin sacrificio de Cristo, sin Viernes Santo.
La Pascua nos hace ver que si queremos Resurrección hay que pasar por la muerte.
Si el grano de trigo que cae en tierra, no muere, no da fruto, dice el Señor.
LA PATRIA
También nuestra Patria tiene que dar un paso, también tiene que vivir una Pascua.
Pero para eso hay que “morir”. ¿ A qué? se preguntarán.
Pues hay que morir al individualismo que nos oprime, hay que morir a ideologías que nos
alejan de la realidad y nos sumergen en las contradicciones de los que niegan la naturaleza; hay que
morir al egoísmo de los dirigentes que sólo miran su propio interés y no los intereses del bien
común; hay que morir a la pretensión de una patria sin Dios y aprender a respetar sus leyes en la
vida ciudadana, porque “no matar”, “no hurtar” , “no desear la mujer del prójimo”, “no cometer
actos impuros” ,“no mentir”, etc. no son leyes para algunos que se dicen cristianos, sino para todos
los que quieren ser simplemente humanos.
Hoy nos quieren imponer una libertad que es mas bien libertinaje. Nos quieren hacer creer que
el hombre es el que decide sobre el bien y el mal y que matar inocentes es solución para la
violencia.
Nuestra Patria necesita una Pascua para ser verdaderamente libre. Nuestra patria necesita el
paso de la necedad a la sensatez, de la deshonestidad a la honestidad, del egoísmo a la generosidad.
Y podríamos seguir haciendo la lista.
Estamos agitados por las campañas electorales. Sepamos discernir y votar con responsabilidad,
porque gran parte de esa “Pascua” la deberán llevar adelante los dirigentes.