Mucho escuchamos en estos días: FELIZ AÑO NUEVO!
Otros dicen: ¡menos mal que se va el 2018!
Como si dar vuelta una página del almanaque fuera una especie de pase mágico que nos devuelve la esperanza de un nuevo año feliz.
Es cierto que la historia nos depara sorpresas y que hay años malos y años mejores, depende desde dónde se los mire.
Pero lo importante no es que el año se va o viene, porque los que hacemos historia somos nosotros.
Y de manera independiente del año que corramos, el bien siempre está ahí para hacerlo.
El año es bueno o malo según que nosotros sepamos emplear nuestras fuerzas en hacer el bien o el mal.
El año de por sí es simplemente un espacio de tiempo que Dios nos da para ser mejores, una especie de chance que se nos concede para cambiar y ser cada día mejores personas.
En lo que debemos crecer es en las virtudes.
Muchos en estos días hacen balances sólo de orden económico.
Miden la pobreza y la riqueza, la caída de la producción o la caída del mercado y miran hacia adelante diciendo que mejoraremos o empeoraremos en el orden económico o de la producción y el consumo.
Pero no se escuchan voces que nos propongan ser mejores, adelantar en la virtud y progresar en el bien.
Y eso no depende del almanaque, sino del corazón de cada uno.
Para los creyentes el año nuevo es un tiempo de Dios que se nos abre como posibilidad de
santidad.
Pensamos en los años que ya pasaron... pero ¿pensamos en los años que nos quedan por delante?
Y estos años que quedan por delante (cada vez menos, porque cada año es uno menos hacia el
futuro) son oportunidades que Dios nos da para crecer en la santidad, es decir, en el amor a Dios y
a los demás.
Decir “feliz año nuevo” es como decir: te felicito porque Dios te da una nueva oportunidad... aprovechala.
Que tengamos todos un nuevo año lleno de obras de bien y de ternura, porque a la postre es lo
único que nos llevaremos a la otra vida.
Ojalá que cuando partamos a la eternidad puedan decir de nosotros lo que dijeron de Jesús: “pasó
haciendo el bien” y no que digan “ qué bien que ya pasó”.
FELIZ AÑO 2019 EN EL SEÑOR.