Opinión

La cocina del Senado

Plenario de comisiones en el senado
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Claudio Gareca por Claudio Gareca | 10-05-2024 21:10

Nuevamente la política pone al oficialismo a jugar con sus reglas: las reglas del diálogo, de la negociación, de los acuerdos. Le toma examen al Gobierno para chequear si aprendieron algo más de aquel juego de ceder y negociar. 

Hoy los soldados y aliados del oficialismo son otros, no sólo son dialoguistas, sino que entienden y advirtieron que deben conocer la letra chica del juego político. Eso es lo que les permitió salir airosos en Diputados alcanzando la media sanción de la ley ómnibus y el paquete fiscal. 

Recordemos que al enviar la Ley Ómnibus al Senado se esperaba que pasara quizás, sin ningún planteo, a modo de escribanía, lo que hoy no está sucediendo. Con el correr de los días un grupo de senadores comenzaron a poner la lupa en la letra del proyecto, a ello se sumaron un sector de gobernadores, y allí comenzó a situar en escena la capacidad de negociación y cintura política entre él toma y daca. Y en ese escenario empezó a flotar la incertidumbre, y que hoy se traduce en aquellas chances de que vuelva a Diputados la Ley Ómnibus. 

Tanto la Ley como el paquete fiscal marcaron la discusión en torno al RIGI y el impuesto a las Ganancias, temas que ocupan la agenda pública y la discusión central, como así también la privatización de Aerolíneas Argentinas que preocupa principalmente a los gobernadores patagónicos, y por supuesto el capítulo del tabaco para nuestra región no deja de ser un tema medular para los productores jujeños que bregan contra la evasión impositiva. 

Es dable aquí, para entender más a fondo, referirnos a la conformación y a la lógica de actuación del Senado. En ese sentido podemos decir que existe una porción de senadores, a los que denominamos viejos lobos de mar, sagaces por entender e interpretar el contexto, y advertir rápidamente la fertilidad del terreno para peticionar y negociar, juego al que se dispusieron inmediatamente. 

Al Senado llegan políticos con más experiencia y trayectoria, esta Cámara alta tiene más poder porque en ella se encuentran los caciques o líderes provinciales, ex gobernadores a modo de embajadores de sus territorios. 

Hoy el Gobierno cuenta en ésta cámara con tan solo 7 senadores, dentro de un mapa político legislativo súper fragmentado. 

Por el lado del Ejecutivo, el Gobierno también comprendió que era momento de escuchar y repartir nuevamente las cartas. Entonces comenzó el diálogo con los senadores y sus bloques, con los senadores sueltos, aquellos que no responden a gobernadores y los senadores librepensadores. Menuda tarea para los operadores del oficialismo.

El Gobierno sabe que necesita imperiosamente mostrar resultados que legitimen su gestión. Por ahora desde lo legislativo no logra obtener el marco regulatorio que le dé rodaje a esa gestión y a ello debemos sumarle que esperaban obtener dictamen en senadores en esta semana que culmina. Al no darse ese dictamen el pacto del 25 de mayo deja de tener la relevancia y fundamento suficiente, cayendo en saco roto la épica fundacional que pretendía imprimir Milei a su Gobierno y por supuesto que ello no deja de ser una derrota más. 

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