por El silencio habla muchos idiomas, basta hacer una pausa en nuestras actividades diarias y escuchar esas palabras. El silencio nos puede enseñar innumerables secretos para afrontar los problemas cotidianos.
Los seres humanos tenemos guardadas las voces de nuestro interior, sólo debemos hacernos amigos del silencio y escuchar los claros mensajes que surgen de nuestro verdadero ser.
El silencio es nuestro amigo incondicional, no debemos olvidarlo, es nuestro gran maestro para encontrarnos con lo más importante, las verdades que nacieron con nuestro primer llanto.
El silencio te dice las exquisitas palabras que de otra forma las ocultamos entre el ruido y las luces del mundo. En los últimos tiempos perdimos la necesidad y el afecto por el silencio, quizá porque al tomar contacto con él, salimos de nuestra zona de confort superficial.
El ruido nos rodea totalmente en la actualidad, a veces también se disfraza de colores y sonidos que nos engañan elegantemente y nos atraen de tal forma que olvidamos quienes somos y para que estamos en este mundo.
Muchas personas no suelen valorar el silencio como realmente deberían, pero en la ajetreada sociedad actual es algo que sucede muy a menudo.
Todos necesitamos tomarnos nuestro tiempo para poder reflexionar o pensar y encontrar un lugar tranquilo donde realizar estas actividades, actualmente es una tarea bastante complicada porque carecemos del valioso tiempo, ya que estamos en la lucha cotidiana tratando de sobrevivir y acomodarnos a la sociedad de consumo.
Cuando buscamos el silencio y no podemos encontrarlo, es cuando comenzamos a darnos cuenta de lo escaso que es en el mundo que vivimos.
Maurice Maeterlinck decía que el silencio es el sol que madura los frutos del alma, y tomando como guía esta frase, te invito a que cada día busques un lugar y un tiempo para que maduren tus frutos, y de esa manera despertar para salir de la multitud y comenzar a escuchar nuestros propios pensamientos que de seguro nos llevarán a la perfecta sincronía con nuestro ser interior y al centro de la felicidad.
