Opinión

El cinematográfico regreso de los monos

Arctic Monkeys
Arctic Monkeys

Federico Aguirre por Federico Aguirre | 28-10-2022 10:00

Una bruma de cinematografía sesentera recorre los 37 minutos que dura "The Car", el nuevo disco de estudio de Arctic Monkeys publicado recientemente, que marca el regreso del grupo luego de 4 años sin material nuevo. 

Arctic Monkeys - The Car (2022)
Arctic Monkeys - The Car (2022)

Para este nuevo trabajo, la banda inglesa afianzó el concepto de canciones cargadas de dramatismo (parecen sacadas de alguna de las películas de James Bond) con sonidos vintage y una mayor presencia de teclados por sobre las guitarras, algo que también marcó su anterior álbum, "Tranquility Base Hotel and Casino" de 2018. 

Por primera vez incorporan arreglos de cuerdas, lo que da cuenta de los nuevos horizontes que explora la banda que ya dejó atrás el mote de "grupo adolescente de guitarras" para incursionar en terrenos de mayor madurez y complejidad musical. 

Alex Turner, líder de la banda, se aferra a su personaje de "crooner" y profundiza el dramatismo de sus interpretaciones. Su voz está presente casi en todo momento. Incluso algún distraído podría pensar que se trata de su disco solista. 

"El silencio es el ruido más fuerte, quizá el más fuerte de los sonidos", dijo alguna vez Miles Davis y el baterista Matt Helders se aferró a ese concepto. Puso en pausa la energía de los primeros discos y apeló a la fuerza de los silencios, del aire entre golpe y golpe. 

El resto de los integrantes, el guitarrista Jamie Cook y el bajista Nick O'Malley, pasan casi desapercibidos en canciones que están muy centradas en la voz, la batería, los teclados y las cuerdas. 

El disco abre con quizá la mejor canción de las 10. "There'd Better Be A Mirrorball" da cuenta del clima que tendrá el resto del disco. La única que rompe un poco con esa atmósfera de mid tempo es justamente el segundo track, "I Ain't Quite Where I Think I Am", con ritmo marcado y un riff funky que recuerda a algunas canciones de Illya Kuryaki and the Valderramas.

En la segunda mitad el disco comienza a pincharse. La banda repite recursos, y las canciones empiezan a perder personalidad. A pesar de ser un álbum corto se torna algo tedioso y se diluye hasta el final

ARCTIC MONKEYS - THE CAR (2022)


 

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