por En Jujuy, el sistema urbano de pasajeros está en jaque. EI fuerte impacto inflacionario, reflejado en las reiteradas subas tanto de los combustibles como en el costo de los insumos y la cuestión salarial, sumado a la cuota de incertidumbre que aportan los subsidios nacionales han empujado a toda la matriz a una situación muy crítica.
La Federación Argentina de Transportadores por Automotor (FATAP) informó que "la actual situación económica y financiera del sector ha obligado a las empresas a incurrir en el incumplimiento en el pago de salarios y demás costos laborales".
¿Cómo se llega a esto?
En el año 2002 el Estado nacional, a través de la Secretaría de Transporte, tomó la decisión de abonar mediante subsidios parte de la tarifa de los usuarios, hasta ese momento pagaban 100% de la tarifa. Esa metodología estuvo vigente hasta el 2019. Ese mismo año se firmó el Pacto Fiscal con las provincias, en donde los gobernadores aceptaron hacerse cargo del sistema de transporte a cambio de otras cuestiones necesarias para su gestión en las provincias.
De esta manera, el gobierno de Mauricio Macri se comprometía a enviar recursos coparticipables para acompañar el financiamiento del sistema, pero la iniciativa no dio resultado. Para "emparchar la situación" se creó un fondo compensador provincial totalmente inequitativo respecto a la situación del AMBA qué seguía financiado por el Estado nacional. Esta situación, sumada al incremento desproporcionado del costo operativo por parte de las empresas, provoca el proceso de desfinanciamiento del sistema que vivimos hoy en día.
En esta situación cabe preguntarse ¿cuál es la solución para este problema que se repite cada dos o tres meses en la provincia y perjudica a miles de usuarios?
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Fundamentalmente hacen falta nuevas ideas, capacidad de diálogo y mucho compromiso por parte de los involucrados si queremos llegar a una solución favorable para todos los sectores: político, por tratarse de un servicio público indispensable; empresarial, ya que el servicio debe ser sustentable económicamente; y el de los pasajeros, que día a día sostienen el sistema con el pago de los boletos y que, en la misma medida, sufren las deficiencias del mismo.
En Jujuy, particularmente, también debiera darse la tan dilatada discusión sobre la jornada laboral de "horario corrido", como se usa en la mayoría de las provincias del país, con lo que los usuarios podrían abaratar un poco sus gastos diarios de transporte.
Más allá de estas consideraciones, parece inevitable el aumento progresivo de la tarifa, ya que el precio del pasaje quedó muy atrasado en referencia a los indicadores inflacionarios y al encarecimiento de insumos, repuestos, combustible y al propio salario de los choferes. La pregunta seguirá siendo cuál es un precio razonable para que el sistema se sustente a sí mismo frente a la merma de los subsidios nacionales y provinciales; es decir, que se consiga ese elusivo equilibrio para que se puedan pagar los sueldos de los choferes a tiempo, se invierta en nuevas unidades y en el correcto mantenimiento de las mismas, y para que los usuarios puedan afrontar el boleto todos los días.
Verano con tarifas "calientes"
Por el momento la Unión Tranviarios Automotor (UTA) solicito un 27% de incremento tarifario para enero y 33% para febrero que se aplicaría a igual porcentaje en el interior del país. En la provincia de Salta, por ejemplo, la empresa estatal SAETA, aplicará una tarifa de $290 desde el 24 de enero y, para el mes de marzo, tiene previsto un boleto de $490. Recordemos que en Jujuy el boleto desde el lunes 15 de enero cuesta $ 207,45.
De la misma manera, en las últimas horas se conoció un nuevo comunicado de FATAP donde sugiere a los gobiernos y poderes concedentes establecer una tarifa base para el transporte de pasajeros urbanos por colectivos del interior del país de $700 pesos. En su defecto, el organismo ha recomendado a sus afiliados no prestar servicios en la medida que la propuesta no sea analizada.
Los empresarios de FATAP seguramente complicados por el fogonazo inflacionario, defienden sus intereses de manera atendible. Ahora, la sensación que produce el tono y la propuesta del comunicado es al menos inquietante en un contexto en dónde la empatía es fundamental para comprender que no somos el ombligo del mundo y, en consecuencia, se debería escuchar más o escucharnos más antes de tomar una decisión. En cuanto a la impactante cifra sugerida, daría la impresión de que es una tarifa pensada para un sistema sin pasajeros.
