¡Mamiiiii!... ¡mamitaaaa!... ¡mamuuuuu!... ¡maaaaaa...!!!!! Las voces de los hijos nos acercan a ese ser que fuimos y seremos a través del espacio y del tiempo por más tormentas que hayamos vivido, de donde retornamos limpias, puras, casi intactas, ante ese llamado que se transforma en una explosión de emociones encontradas y desencontradas pero renacidas entre esas minúsculas letras que forman el monumental nombre MAMÁ.
Y es que hoy en esta esquina del universo estamos escribiendo sobre esas mujeres que un día mágico de su vida se encontraron con un bebé en los brazos, no vamos a dilucidar si fue una elección o no, si se planificó esa llegada...más bien vamos a poner énfasis en el sentimiento y en la emoción que nos embarga como mujeres cuando contamos uno a uno los deditos de las manitas de nuestros pequeños, en el miedo que sentimos al saber que un ser indefenso va a depender de nosotras a partir de ese momento y para siempre...
Hoy escribimos sobre esas mujeres sin distinción de raza, nacionalidad, cultura, ideología, que no tomaron clases de maternidad y que el único curso realizado fue el jugar con muñecas que tomaban vida cuando daba inicio el juego de la casita...
Es que la maternidad es así, ingresa como un disparo al corazón diría Ricky Martín, a borbotones, entre lágrimas y un revuelo de hormonas que intentan el equilibrio fracasando en cada estampida de emociones descontroladas.
Cuando nos sentamos a amamantar a ese diminuto angelito comenzamos a planificar múltiples mundos paralelos, donde sin querer les dimos gustos, status y hasta vidas y accionares que nada tienen que ver con los cincuenta y siete centímetros de pequeña y tierna humanidad que lucha por alimentarse entre burbujas y canciones de cuna.
¡Mamiiii!, ¡Maaaaa! ¡Mamuuuuu!, ¡Mamitaaaaa!, ¡Madrecita!,Viejitaaaa!!!....son tantos los nombres con que se puede llamar a ese SER que según los entendidos elegimos nosotros en un "Pacto Metafísico" para completarnos en este planeta.
Cuando tratamos de responder a este interrogante ¿Qué es ser madre?... Podemos afirmar sin titubeos que:
¡Ser madre implica iniciar un camino donde el propio ego figurará último en la fila de los desposeídos!
¡Ser madre es acompasar el alma con las risas y llantos de esos pequeños que misteriosamente tomaron posesión en un día memorable, donde vaya a saber qué oposición de planetas hubo para cambiar totalmente nuestras vidas!
¡Ser madre o por lo menos haberlo intentado sin quedar en el camino implica múltiples experiencias desde una célula in crescendo hasta un acto de graduación ...!
Sin hijos no seríamos mamis, y no tendríamos sueños de madres por los cuales luchar, no hubiéramos potenciado nuestras aptitudes ni demostrado nuestros valores de mujeres cada vez que la situación lo ameritara.
En este día de la madre podemos simplemente decir gracias a nuestros hijos por habernos elegido para esta misteriosa e incansable tarea de ser mamá...mamá soltera, mamá ocupada, mamá luchadora, mamá por elección, mamá por búsqueda incansable, mamá de tierra, mamá de agua, mamá de fuego, mamá de aire...
No podemos ocultarnos nada hijo mío, sabemos perfectamente que la vida nos ha dejado cicatrices en el alma y puñados de sueños por cumplir.
En este día y en este tiempo podemos permanecer en silencio, mirarnos mágicamente a los ojos y sabremos qué necesitamos los dos, vos (hijo) y yo (madre), abrazo mediante desde la tierra o desde el cielo, para que las distancias desaparezcan y surjan las sonrisas de gomitas, chocolates y los besos pegajosos de otros tiempos.
Así que por todo esto... ¡FELÍZ DÍA!...para todas nosotras las MAMÁS y a ustedes... nuestros HIJOS... en esta búsqueda incansable de ser mejores "Seres Humanos" que amamos la tierra, la vida y el universo...
