Opinión

Miradas de amistad

"Cuando pensamos en un amigo reflexionamos sobre cuántas veces hemos necesitado ese abrazo incondicional". La columna de opinión de Candy Moreno

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Candelaria Moreno por Candelaria Moreno | 17-07-2023 18:09

En esta mañana fría de invierno me pongo a pensar que para el ser humano la amistad es primordial, sobre todo si hablamos de la verdadera, esa que es para toda la vida y que traspasa fronteras físicas y espirituales.

Cuando pensamos en un amigo reflexionamos sobre cuántas veces hemos necesitado ese abrazo incondicional o esa palabra dicha a tiempo para detenernos y salvarnos de cometer algún error irreparable.

La auténtica amistad es la máxima representación del amor, es ese soporte importante que nos permite disfrutar de la vida y que nos ilumina los paisajes que a veces presentan complicados nubarrones oscuros.

Si sentimos amistad significa que estamos impregnados de confianza, lealtad, compañerismo, la incondicionalidad, la sinceridad y el compromiso, todos estos valores que nos hacen crecer como humanidad.

En la verdadera amistad se da todo sin esperar nada a cambio, no deben existir especulaciones de ningún tipo, demás la amistad surge espontáneamente y no entiende de edad, de género, etnias, ideología o cualquier otra diferencia que nos divida.

Según Aristóteles hay tres tipos de amistad, la amistad por placer que se les atribuye a los jóvenes, la amistad por utilidad que en realidad se centra en recibir un beneficio mutuo y generalmente culmina pronto y la amistad por virtud o amistad verdadera que desde este pensamiento invernal es la mejor por no decir la única y auténtica forma de comunicarnos a través de la amistad.

Hay una frase que dice que el que tiene un amigo, tiene un gran tesoro, creo firmemente en esta afirmación. En nuestra vida vivimos rodeados de personas con las cuales nos relacionamos en diferentes ámbitos y debido a la rutina y a la vida acelerada que llevamos no nos detenemos a pensar en los verdaderos amigos que la vida nos regaló.

Quizá sea el momento de hacer un alto este 20 de julio y pensar en ese “Amigo del alma” que te abrazó cuando estabas triste, que te secó las lágrimas con sus palabras curando tus heridas en las batallas de la vida y que también supo compartir tu alegría celebrando tus logros, riendo tus risas y permaneciendo a tu lado cuando la soledad te cubría para hacerte su prisionero o cuando todos te dieron la espalda.

Por todo esto y después de reflexionar profundamente te propongo mirarnos a los ojos, levantar la copa de la vida y realizar un brindis enamorado por los amigos del ayer, de hoy y de siempre... ¡SALUD!

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