Opinión

Historia de vida a más de 3.600 msnm

La columna de opinión de Claudia Figueroa.

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05-05-2021 11:42

Esta seguramente es una de tantas historias que se suceden en los parajes más inhóspitos e impensados de nuestra geografía, travesías que a veces sólo son conocidas por sus protagonistas; pero en esta oportunidad quiero poner de relieve el trabajo de hombres y mujeres que con valor, entrega y vocación caminan durante horas, atraviesan ríos y montañas e ignoran condiciones climáticas adversas con una sola finalidad: dar asistencia sanitarias a los habitantes de las zonas más alejados de los centros urbanos.

A mediados de abril, un grupo de trabajadores del Hospital de Susques rescataron a María Cruz (83 años), de un paraje alejado y solitario de la Puna. Luego de viajar casi 5 horas en vehículo y 2 más a pie, encontraron una paciente visiblemente desmejorada que necesitaba ser trasladada para recibir asistencia. Las condiciones del sendero no evitaron que ellos cumplieran con su premisa y como una camilla de campaña no era opción, no dudaron en cargarla a “cococho” hasta llegar a la ambulancia que los devolvería al centro médico.

Una foto de ese día fue publicada en Facebook, luego compartida por conocidos y no tardó en tener eco entre los vecinos del lugar y los medios de la zona. Así se supo del rescate de María y se reconoció el trabajo de los sanitaristas.

Pero para conocer más de la tarea que se hace a más de 3.670 msnm en la localidad cabecera del departamento puneño, tomé contacto con uno de los protagonistas de la historia: Dardo Alancay, quien le puso nombre a hombres y mujeres que rescataron a María: “Rubén y yo (enfermeros), Graciela (trabajadora social), Ciro (agente sanitario) y Cleto (chofer de la ambulancia)”. También me dijo que la abuela, después de recibir los cuidados médicos, se quedó con uno de sus hijos aquí en la Capital.

Dardo me contó orgulloso que hay 17 enfermeros como él en el hospital de Susques, uno de los primeros en trabajar en el control de COVID 19 en las escuelas; que ha sido difícil (y aún lo es) que la gente tome en cuenta las recomendaciones y las restricciones por la pandemia que se ha cobrado tantas vidas, entre ellas la de su papá don Ricardo Alancay, reconocido artesano de Tilcara.

Con 39 años de edad, 7 de enfermero y 5 en Susques, Dardo explicó que en la parte rural trabajan con muchas patologías comunes, pero también rescató la importancia del simple hecho de desarrollar empatía con la gente enferma, de ver en cada uno de ellos un familiar al que debe tratar con toda paciencia y dedicación.

Y aunque el pasado primero de mayo él ha podido compartir con su esposa y sus 2 hijos el Día del Trabajador, reconoció que muchas veces estuvo trabajando como tantos otros integrantes del área sanitaria: velando por nuestra salud.

Para todos ellos, absolutamente todos la dedicatoria de estas líneas que pretenden poner en valor su diaria tarea. ¡Muchas gracias!

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