Opinión

Escándalo en Libertador: ¿Qué pasa con los funcionarios de Jayat?

"Trabajar con el machete en el cuello", columna de opinión de Claudia Figueroa.

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25-10-2020 20:49

Esta es la historia de Edgardo Bazán, el empleado municipal de Libertador Gral. San Martín (que con heridas en el cuello y uno de sus brazos), denunció que fue atacado con un machete por el jefe de Higiene Urbana José Molina en horario de trabajo. Pero también es la fotografía de un municipio que hace mucho ruido por el silencio de sus funcionarios y la tibieza de un intendente que parece ser permanentemente sobrepasado por la realidad.

Luego de haber escuchado el relato de Edgardo (y sólo esa voz), me surgen muchos interrogantes en relación al misterioso silencio que guardan los funcionarios de la gestión del intendente de Libertador Oscar Jayat. ¿Qué callan las personas de confianza del jefe de gobierno en relación al manejo del municipio?¿Por qué asesores, secretarios y hasta el propio pte. del Deliberante prefieren mantener el mutismo en relación al presunto ataque de un jefe a un jornalizado con un machete? ¿Qué o a quién temen hombres y mujeres, que comandan los destinos de un municipio con más de 50.000 habitantes, que eligen dar la espalda a un hecho tan repudiable?

Un caso como el de Edgardo Bazán es transversal a la pandemia y a la crisis económica, es noticia aquí y en la China, de hecho el título ha sido replicado en diarios y portales de noticias de todo el país. A partir de la denuncia de la víctima, la actual gestión volvió a ser noticia y eje de diversos cuestionamientos por la falta de respuesta de sus autoridades. Nadie se expidió sobre el hecho que podría haber tenido un final trágico, cómo reflexiona Edgardo cada vez que dice recordar el episodio vivido en la pequeña oficina de Molina en el canchón municipal, la tarde del 17 de octubre, cuando en su cuello sintió el filo del machete que empuñaba su victimario. En voz de su protagonista solo escuchamos que la “asesora legal” del municipio le habría dicho que el atacante, ya no estaría a cargo del sector y se desempeñaría como otro trabajador más, sin ningún rango.

Hasta la semana pasada Bazán buscaba por sus propios medios el acompañamiento de un profesional para superar el estrés post traumático del ataque, sumaba y restaba sus pocos pesos para lograr que su sueldo de ½ jornal se estire para ayudar a la manutención de su hijo adolescente, colaborar con sus padres (con quienes vive) y pagar un psicólogo por su cuenta, ya que el municipio no le habría bridado la asistencia ni la contención necesaria a éste trabajador, atacado y herido por un superior en horario de trabajo. Hasta la semana pasada, el Fiscal penal Liam Resúa, analizaba los elementos y la documentación en su poder; el Ministro de Trabajo confirmaba la intervención de su cartera en este escándalo, pero ningún funcionario municipal de Libertador había podido emitir declaración alguna sobre la situación del atacante, el acompañamiento a víctima, el posible inicio de un proceso al victimario, nada, absolutamente nada.

Lo cierto es que el propio municipio de Libertador aún no logra resolver la titularidad del cargo de Fiscal Municipal, ya que en el mes de abril el Deliberante le negó al Ejecutivo el acuerdo para que la Dra. Natividad Ramos se mantenga como fiscal municipal, y solicitó una nómina de profesionales propuestos para el cargo. El Gobierno municipal hizo caso omiso de la solicitud y mantuvo a la Dra. Ramos como “asesora”. Esto no solo ha entorpecido el avance de muchos trámites inherentes a la Fiscalía municipal, sino que también podría en riesgo la intervención del municipio en el juicio contra el ex intendente Marcelo Llanos. Y hablando de Llanos, recordé que hace 20 años atrás, el arquitecto Flores detallaba elementos contundentes para la primera denuncia contra el ex intendente, pero hoy necesita del asesoramiento del municipio para expresar su postura pomo pte. del Deliberante sobre un caso escandaloso. ¿Será que tenía reservas en contestar otras preguntas? ¿Cuáles habrá sido? ¿Hay temas del Deliberante que prefiere evitar? ¿Él conoce algo más del caso Bazán-Molina?

En fin, con más interrogantes que certezas, la esperanza de que ataques similares no se vuelva a suceder y la sensación que este episodio medieval parece descubrir otras falencias en Libertador, me despido de ustedes, no sin confesar que hay algo que me huele muy mal en la gestión del Intendente Oscar Jayat.

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